En las últimas décadas, el mundo ha vivido importantes transformaciones que han cambiado nuestra forma de comunicarnos, de informarnos e, inevitablemente, de viajar. La globalización ha generado una nueva red interconectada e interdependiente que no solo ha impulsado el intercambio de bienes y servicios, sino que también ha hecho realidad el deseo de muchas personas de conocer otros lugares y culturas.
El número mundial de viajes internacionales crece de forma sostenida. En 2016 aumentó un 3,9%, y alcanzó los 1.235 millones de personas, de acuerdo con los datos de la OMT. El turismo, que representa el 10% del PIB mundial y genera uno de cada once puestos de trabajo, se ha convertido en un fenómeno económico y social clave del siglo XXI.
En este contexto, la economía española ha tenido que hacer frente a grandes dificultades y el turismo ha demostrado ser uno de los sectores económicos más resistentes y un aliado fundamental para la salida de la crisis.
El turismo español logró en 2016 cifras históricas. Se alcanzaron los 77.625 millones de euros de gasto turístico, los 75,6 millones de turistas internacionales y la expectativa de cierre de 2017 es de un nuevo año récord, tanto en ingresos como en número de turistas. (Finalmente, España ha cerrado 2017 como segundo destino mundial por número de visitantes). Estos datos tienen su reflejo en la balanza de pagos, en el empleo y en la aportación del turismo al PIB, lo que nos ha convertido en líderes en competitividad turística, de acuerdo con el Foro Económico Mundial.
Liderazgo internacional
La profesionalidad de nuestro sector, que ha sabido dar respuesta al incremento de la demanda con una oferta de calidad y con buenos servicios e infraestructuras, ha sido clave para alcanzar esta posición. Sin embargo, debemos seguir trabajando para mantener nuestro liderazgo internacional y hacer frente a los retos que se nos presentan.
“Nuestro país goza de una oferta única cuya gran ventaja competitiva es su diversidad”
Las administraciones debemos gestionar el éxito turístico; apoyar la orientación de las empresas y sus trabajadores hacia la creación de valor y la excelencia, apoyando la desconcentración y la diversificación del territorio, con el fin de optimizar los servicios turísticos en destino y aprovechar las oportunidades que las nuevas tecnologías nos ofrecen para adelantarnos a la demanda.
Nuestro país goza de una oferta única cuya gran ventaja competitiva es su diversidad. El legado de diferentes civilizaciones, los paisajes, la gastronomía y las diferentes fiestas y tradiciones componen un patrimonio intangible y una experiencia de viaje única para nuestros visitantes. Todo ello, unido al estilo de vida español y su hospitalidad, nos convierten en uno de los destinos más deseados.