Un cliente entra a una agencia de viajes sin saber muy bien qué quiere hacer en sus vacaciones. De repente, percibe que en el establecimiento huele a salitre, escucha de fondo las olas del mar y observa que las paredes están pintadas de color azul. Quizá, inconscientemente, se decida a contratar un crucero, ¿no?
Es un hecho que los clientes son más receptivos a los estímulos que tengan que ver con los sentidos. Tanto es así, que un reciente estudio de The Valley aseguraba que tan solo un 5% del pensamiento del consumidor es perceptible por las técnicas de marketing tradicionales.
Y en ese afán por diferenciarse de lo que se ha hecho desde hace años para intentar vender, aparece el marketing sensorial, o lo que es lo mismo, la comunicación a través de los sentidos.
La vista y la realidad virtual
La vista, sin duda, es el sentido más trabajado en el marketing. Folletos, posters, imágenes de paisajes impresionantes que nos invitan a decidirnos por un destino, son recursos habituales de las agencias de viajes.
Sin embargo, en los últimos años, la tecnología ha ayudado a que se pueda ir un paso más allá con herramientas como la realidad virtual. Muchas agencias cuentan con gafas en tres dimensiones que permiten, por ejemplo, observar la habitación de un hotel, o incluso, asistir a una excursión por las pirámides de Egipto sin movernos del sillón.
Sonidos evocadores para viajar al destino
Los estímulos auditivos son muy útiles a la hora de transmitir emociones. En muchas agencias encontramos música tenue que suele tener el efecto de relajar a los clientes y ofrecerles un momento de tranquilidad mientras deciden en qué lugar del mundo disfrutarán de sus vacaciones.
Solo un 5% del pensamiento del consumidor es perceptible por las técnicas de marketing tradicionales, según The Valley
Vender una excursión a través del olfato
El experto en marketing Bernd H. Schmitt aseguraba que una persona puede recordar un 35% de lo que huele. Es un porcentaje muy alto, teniendo en cuenta que solo rememora un 1% de lo que toca, un 2% de lo que oye, un 5% de lo que ve y un 15% de lo que degusta.
Por eso, además de evitar cualquier mal olor, utilizar algunos que formen parte de la experiencia es una herramienta sencilla, pero muy sugestiva. El aroma a especias o a un determinado árbol que el cliente relacione con un destino, puede resultar de gran utilidad a la hora de potenciar la venta de una excursión o un paquete turístico.
Tocar un país sin salir de la agencia
En Fitur, casi todos los expositores se preocupan de acercar un destino, un hotel o una experiencia a través del tacto. Por ejemplo, China entrega pergaminos con nombres escritos en su idioma y anima a los visitantes a que se pongan un traje regional y sientan el tejido.
¿Por qué no hacer lo mismo en nuestra agencia? Tocar una pieza de cerámica africana o sentir el tacto del material en el que está construida la cabaña de un lodge pueden transportar a nuestros clientes momentáneamente a sus destinos.
Probar antes de comprar
No hay mejor manera de conocer un destino que a través de su gastronomía. Cualquier viajero, aunque no quiera, experimenta las delicias culinarias de una región cuando está de vacaciones y, muchos de ellos, lo consideran una parte fundamental del recorrido.
Por eso, una cata de vinos o una degustación de quesos de una región harán que muchos clientes se sientan atraídos a una agencia, sobre todo, si como sucede hoy en día en muchas minoristas, se comercializan productos específicos relacionados con la gastronomía.