El segmento de turismo rural ha registrado una ocupación media del 38% durante los meses de julio y agosto, que asciende al 41% cuando se trata de alojamientos de un coste inferior a 20 euros por persona y noche.
Según los datos recabados por el portal EscapadaRural, que aglutina el 80% de la oferta del país en alojamientos rurales, esta ocupación se corresponde con las previsiones realizadas a comienzos de la época estival.
Del conjunto de la geografía española, son los pueblos asturianos, por segundo año consecutivo, los más atractivos del verano y los que han acumulado una demanda mayor durante julio y agosto, que presentaban unas previsiones de ocupación del 21% y el 52% respectivamente.
“Aunque existen síntomas de recuperación del sector, hay que tener en cuenta que la estacionalidad de los destinos de la cornisa cantábrica es muy elevada y el verano es su mejor momento”, explicó la directora de comunicación de EscapadaRural, Ana Alonso.
Cantabria y Cádiz, entre los destinos preferidos
El pueblo asturiano de Llanes lidera un año más la lista de diez pueblos más visitados este verano, de los cuales ocho coinciden con los del 2013. Cangas de Onís, también en Asturias, se mantiene en segunda posición, mientras que en el tercer puesto se estrena El Bosque, en la provincia de Cádiz.
Además de ocupar los primeros dos puestos, la comunidad asturiana también es líder numérica, ya que es la que más localidades tiene dentro de los diez primeros puestos, con Villaviciosa y Ribadesella en cuarto y noveno lugar.
Cantabria es la siguiente Comunidad más representada, que incorpora este año a la lista Santillana del Mar, en octavo lugar, uniéndose así a Potes e Isla, en sexto y séptimo lugar respectivamente.
El Gastor, en la provincia de Cádiz, ocupa el quinto puesto, mientras que Moratalla, en Murcia, ocupa el décimo lugar.
Frente a estos datos de ocupación, desde EscapadaRural recuerdan que los precios siguen siendo “un factor de decisión muy importante” para el viajero, y un signo “de debilidad” para el mercado. Por ello aconsejan ver la evolución durante el resto del año y en todo el territorio, antes de ser “rotundamente optimistas”.