Los paros parciales de los controladores se repetirán el miércoles, el viernes y el domingo.
Los aeropuertos de la red de Aena han operado con normalidad durante la primera jornada de paros parciales convocada por el sindicato USCA de controladores aéreos, durante la que se han cumplido los servicios mínimos, fijados por Fomento en el 70%, con una puntualidad media en los vuelos que rozó el 100%, tanto en los paros del turno de tarde como en el turno de mañana.
Según Enaire, la jornada de paros de la tarde, entre las 18:00 y las 20:00 horas, ha transcurrido prácticamente sin afectación y sin ningún vuelo cancelado, como ya ocurrió durante los paros del turno de mañana, entre las 10:00 y las 12:00 horas.
Tan solo se han registrado algunas demoras por la tarde en el aeropuerto de Barcelona-El Prat, debido a tormentas, y por la mañana por restricciones en otros países como Alemania.
El Ministerio de Fomento ha establecido unos servicios mínimos del 70% para la huelga de controladores aéreos, que se repetirán los días 10, 12 y 14 de junio.
Según los servicios mínimos decretados, de la plantilla total de 2.023 controladores aéreos, está previsto que 955 efectivos trabajen este lunes a tres turnos. Para el día 10 de junio, se ha programado una plantilla de 916 efectivos, de 930 controladores para el 12 de junio y de 691 para el 14 de junio.
Llamamiento al colectivo
La ministra de Fomento, Ana Pastor, destacó este lunes la “normalidad” en las operaciones aéreas durante esta primera jornada de la huelga de controladores, con una puntualidad media en los vuelos de “entre el 98% y el 100%”, y sin “ninguna cancelación”.
La titular de Fomento ha señalado que la huelga es “un derecho constitucional” pero ha realizado un llamamiento al colectivo para que haga un ejercicio de “responsabilidad” en un sector, el aéreo, “muy importante para el turismo”.
La convocatoria de huelga, la primera en 26 años –la última huelga de controladores fue en 1989– se produce como protesta a la decisión de Enaire de sancionar a 61 controladores aéreos del Centro del Control de Barcelona (ACC) por el cierre del espacio aéreo en 2010 y negarse a readmitir al controlador Marco Antonio Enríquez, del ACC de Santiago, despedido por la empresa.
