La Asociación de Líneas Aéreas (ALA), ha manifestado su preocupación ante la convocatoria de huelga planteada por la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA), los días 11, 12, 25 y 26 de julio, en solidaridad con los trabajadores expedientados por los incidentes que llevaron al cierre del espacio aéreo español en 2010.
La organización plantea que si aquel conflicto supuso una grave alteración operacional soportada esencialmente por los pasajeros y las compañías aéreas, “los paros anunciados vuelven a debilitar la confianza en el transporte aéreo y el turismo español, precisamente cuando se observa una evolución positiva de recuperación que debiéramos apresurarnos a consolidar ante nuestros competidores”.
“Un servicio esencial como el del Transporte Aéreo, cuya importancia en la economía nacional le sitúa entre los primeros sectores productivos, tanto por su contribución a la generación de empleo, como por su aportación de divisas y su contribución fiscal, no debiera estar sujeto a alteraciones tan recurrentes de la actividad”, señala ALA.
El colectivo alega que hay que tener cuenta “el enorme impacto de incertidumbre que se genera ante los clientes por el solo anuncio de las alteraciones en los vuelos programados, que en el caso del Turismo genera una cadena de cancelaciones de reservas y descrédito del destino de proporciones muy significativas”.
Por todo ello, desde ALA apelan a la responsabilidad de todas las partes para reconducir la situación. “Las actuaciones individuales o colectivas, situadas en su contexto, han originado y pueden seguir originando daños colaterales al Transporte Aéreo y al Turismo, que no pueden obviarse ante sus consecuencias, por lo que derechos y deberes tienen que estar encauzados y pautados por el interés general, en el que se equilibren y ponderen los particulares”, añade la asociación.