Los visados, barrera de entrada al turismo

Si el famoso Phileas Fogg hubiese tenido que necesitar visado para dar la vuelta al mundo, quizás hubiera tardado más de 80 días en completar su viaje. Hoy en día, para visitar muchos lugares no solo vale con el pasaporte, la tarjeta de identificación o un billete de avión. El visado tradicional o la visa electrónica es la carta de entrada para poder viajar por motivos de turismo o incluso de negocios, tal y como avanza la revista AGENTTRAVEL. 

En 2015, dos tercios de la población mundial necesitaban un visado para viajar, según datos de la Organización Mundial del Turismo (OMT), que cifró en un 18% las personas que podían entrar en un país sin visa, en un 15% los que la necesitaban y en un 6% los que podían obtenerla vía online.

Ante esta situación, la propia OMT reconoce que la facilidad para tramitar visados es una ventaja para el turismo y el empleo. Así, recientemente Indonesia anunció la exención del visado a los ciudadanos de 169 países, con el objetivo de atraer a un mayor número de turistas internacionales al país. El organismo calcula que la agilización de los visados en las economías de los países que forman parte de la Asociación de Naciones del Asia Sudoriental (Asean) podría crear entre 333.000 y 654.000 nuevos puestos de trabajo en un periodo de tres años gracias al aumento del turismo.

¿Cómo conseguir un visado?

Cuando un turista necesita un visado existen varias formar de conseguirlo, y una de ellas es acudir a una agencia. “TUI Spain se encarga de verificar que los documentos han sido debidamente cumplimentados y procede al envío de los mismos a la Embajada del país de destino. Transcurridos unos días, recibe los pasaportes con los visados, que enviará a la agencia junto a la documentación del viaje 10 o 15 días antes”, comenta Eduardo Carranza, director de marketing de TUI.

Pero también existen otras vías, como acudir a una empresa de tramitación de pasaportes y visados. En España, la más importante es CIBT, que opera a través de sus filiales CAP 270 y VisaCentral. “Somos el proveedor único recomendado. Muchas agencias y empresas acuden a nosotros cuando tienen problemas con los visados”, explica Roger Llavería, director comercial CIBT.

Mayores restricciones

No obstante, dependiendo de la región que se quiera visitar, los trámites son más o menos complejos. El Sudeste de Asia, África Oriental, el Caribe y destinos de Oceanía siguen siendo las subregiones más abiertas, mientras que África Central, África del Norte y destinos de América del Norte son las más restrictivas, según datos de la OMT. Tal es así que países como India solicitan rellenar un formulario online en inglés y cualquier error es motivo de rechazo, según explica el director comercial CIBT, quien asegura que en viajes corporativos son más exigentes. “En Arabia es necesario tener una carta en árabe y un seguro específico que solo ellos tramitan, entre otros documentos”, añade Llavería.

Así, “los países que requieren más información son China, India y algún país africano”, indica Olga Villacampa, la directora de Latitudes, turoperador de grandes viajes del grupo Globalia, quien también reconoce que en algunos casos la complejidad de los trámites y los costes suponen una traba al turismo.

Por el contrario, existe una serie de países en los que solo el pasaporte abre muchas más puertas. El Índice de Restricciones de Visa, creado por la consultora Henley and Partners y la Asociacion Internacional de Transporte Aéreo de Estados Unidos (TSA) establece que el pasaporte alemán es el que da acceso a un mayor número de países para viajar por todo el mundo. Con este documento, los viajeros pueden entrar a 177 de los 218 países y territorios sin una visa. El segundo país menos restrictivo del mundo es Suecia, que regula la entrada con su identificación a un total de 176 países. Muy cerca, el pasaporte español permite el paso a un total de 175 regiones.

Una cuestión de precios

Al coste de un viaje, hay que sumar el del visado, que en algunos casos es bastante elevado, lo que supone incluso una traba para entrar a un país. En el caso de Rusia, el precio es de 58 euros para un trámite de 10 días (35 euros de tasa consular y 23 euros de gestión), o de 113 euros si se emite en tres días (70 euros de tasa consular y 43 euros de gestión), indican desde el Centro de Visados Ruso. Además, es necesaria una carta de invitación.

“Las tasas consulares a veces suben de manera desproporcionada. El visado para China, hace tiempo en Barcelona costaba tramitarlo 30 euros y en Madrid 66 euros. Ahora tiene un precio para todos de 125 euros. Eso a la agencia le importa porque China es el destino estrella”, indica Llavería.

Por norma general, los españoles están exentos del requisito de visado para estancias inferiores a 90 días en muchos países, aunque con otro tipo de condiciones. Es el caso de Túnez, que desde el 1 de octubre de 2014 los extranjeros deben abonar una tasa de salida de 30 dinares (aproximadamente 13 euros) en el momento de abandonar el país.

Para viajar a Canadá no es necesario un visado, pero si una autorización electrónica, cuyo coste es de siete dólares canadienses (ocho euros) y Australia emite dos tipo de visados, uno gratuito y otro por un coste de 20 dólares australianos (13,6 euros). Algo parecido ocurre en Kenia, que tiene tres tipos de visados: de tránsito para un máximo de 24 horas (20 euros), para una entrada (40 euros) o para múltiples entradas (100 euros).

En Qatar, los españoles pueden obtener un visado de turismo en el aeropuerto u otra frontera de entrada, previo pago de las correspondientes tasas (25 euros), Y únicamente mediante tarjeta de crédito, no se acepta dinero en efectivo.

Por otro lado, la entrada a Turquía para un turista español tiene un precio aproximado de 20 dólares (17 euros), mucho más económico de lo que supone la visita a Tanzania. El visado ordinario para turistas tiene un coste de 50 euros y una validez de 90 días, mientras que el de negocio asciende a los 250 euros.