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Llega la Bajada de la Virgen 2020, una de las fiestas más atractivas de Canarias

Se trata de una fiesta histórica fundada en 1676

03/08/2019

6:01 horas

En la Semana Grande intervienen los mascarones, es decir, gigantes y cabezudos que representan a personajes.

En la Semana Grande intervienen los mascarones, es decir, gigantes y cabezudos que representan a personajes.

Cada cinco años, la capital de la Isla Bonita, Santa Cruz de La Palma, se viste de fiesta durante algo más de un mes para celebrar una de las citas más atractivas de Canarias, la Bajada de la Virgen de las Nieves, patrona de la isla. Una cita ineludible en el calendario para los palmeros y palmeras, que atrae a miles de visitantes y que llega en 2020, fiel a su cita lustral. Entre los meses de junio y agosto, un extenso programa de actos lúdicos y espectaculares llenará las calles y plazas de la ciudad, en una celebración que atrae también a palmeros llegados de todas las partes del mundo.

Se trata de una fiesta histórica donde las haya. Fundada la Bajada con periodicidad quinquenal en 1676 por el obispo de Canarias Bartolomé García Ximénez, no fue hasta 1680 cuando se celebró su primera edición. Tras varios siglos de compleja evolución, la Bajada ha visto modificados algunos de sus actos del programa o ha adelantado sus fechas de celebración hasta llegar a su estado actual. Durante las dos primeras semanas de julio tienen lugar, en diferentes puntos de la ciudad, las funciones preparatorias al traslado de la imagen desde su santuario hasta el corazón del centro histórico de la capital de la isla. Mientras dura la Bajada, la Virgen reside en la Parroquia Matriz de El Salvador, en la Plaza de España.

Semana Grande

En la Semana Grande, además, intervienen los mascarones, es decir, gigantes y cabezudos que representan a personajes como la Bruja, la Luna de Valencia y el Biscuit. El miércoles es el día del Minué o Danza del Siglo XVIII, aunque en esta edición posiblemente pase al martes 7 de julio, cuya música y coreografía corresponden al compositor palmero Luis Cobiella Cuevas. El número recrea la suntuosidad y elegancia del rococó dieciochesco: 24 parejas de jóvenes que bailan en salones de gusto versallesco. También durante la tarde, y prolongándose hasta la noche, la Danza de Acróbatas, aunque probablemente en esta Bajada pase al miércoles 8 de julio y que simula el fantástico mundo de los ejercicios circenses. Grupos de jóvenes palmeros se lanzan a una exhibición de contorsiones, piruetas y cabriolas que suspenden el corazón de los espectadores. Otro de los números tradicionales es el Carro Alegórico y Triunfal, de honda raíz barroca, que pregona la inminente Bajada y que tendrá lugar el 10 de julio.

Pero la magia se reserva para el número por excelencia de las fiestas. El espectáculo que el saber popular ha acabado por convertir en su seña y signo de identidad. Se trata de la Danza de los Enanos, cuya primera actuación será el jueves 9 de julio. En su primera parte, los bailarines representan personajes diversos, que se mueven al ritmo de una melodía cambiante, como monjes, japoneses, marinos, astrónomos, peregrinos, viejos, estudiantes, frailes, dominicos o atenienses. En la segunda mitad del espectáculo, en tan sólo unos segundos, los danzantes se transforman en enanos, al tiempo que inician el baile de una vertiginosa y emocionante polka, interpretada por la Banda Municipal de Música San Miguel. Desde el recinto central, la comitiva de enanos se traslada a las repletas y adoquinadas calles de la capital, donde continúan repitiendo durante toda la noche su trepidante coreografía, hasta los primeros rayos del sol.

El sábado 11 de julio tiene lugar la Bajada de la Virgen como tal, el momento real en el que la Patrona es trasladada, rodeada de fervor y devoción, a Santa Cruz de La Palma. Antes de entrar a la ciudad, descansa una noche a las puertas de la ciudad en la parroquia de la Encarnación. En la mañana del domingo de la Semana Grande, coincidiendo con la entrada de la Virgen en la ciudad, tiene lugar uno de los actos tradicionales más sencillos y al mismo tiempo más emotivos: el Diálogo entre el Castillo y la Nave. Por último, cabe destacar la Loa de Recibimiento (o, por extensión, simplemente la Loa).

Casi un mes después, el 5 de agosto la Patrona es llevada, en medio de devoción y fervor, de vuelta a su morada, acompañada por feligreses. Un momento en el que será testigo de una representación que recrea a los antiguos aborígenes de la isla, que rinden culto a la Virgen de las Nieves.

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