Aerolíneas

IATA asegura que el riesgo de transmisión por COVID-19 en aviones es bajo y rechaza dejar asientos vacíos

El lobby aéreo apoya el uso de mascarillas para pasajeros y tripulación mientras se encuentran a bordo de la aeronave

Publicada 06/05/2020

8:51 horas

 - Actualizada 08/05/2020

13:54 horas

Diego Montes

IATA cree que con menos asientos para vender las tarifas aéreas tendrían que subir entre un 43 y un 54%.

IATA cree que con menos asientos para vender las tarifas aéreas tendrían que subir entre un 43 y un 54%.

La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés) ha asegurado en un comunicado que “la evidencia sugiere que el riesgo de transmisión” de coronavirus en un avión “es bajo” y ha rechazado “la imposición de medidas obligatorias de distanciamiento social que dejarían vacíos los asientos intermedios”.

IATA apoya el uso de cubiertas faciales para pasajeros y máscaras para la tripulación mientras se encuentran a bordo de una aeronave “como parte crítica de un enfoque en capas para la bioseguridad que se implementará temporalmente cuando las personas vuelvan a viajar en avión”.

El lobby aéreo asegura que el uso de mascarillas “reducirá el riesgo ya bajo al tiempo que evitará los dramáticos aumentos de costos para los viajes aéreos que traerían las medidas de distancia social a bordo”.

Las medidas que propone IATA

Además de las mascarillas, IATA ha propuesto otras medidas como el control de temperatura de pasajeros y trabajadores; los procesos de embarque que reduzcan el contacto; la limitación del movimiento dentro de la cabina y la limpieza de esta; y los procedimientos de catering simplificados.
 
“Cuando se pruebe y esté disponible a escala, las pruebas de COVID-19 o los pasaportes de inmunidad también podrían incluirse como medidas temporales de bioseguridad”, afirma IATA.

IATA se apoya en varias experiencias que sugerirían que el riesgo de transmisión a bordo de un avión es bajo. Así, según el lobby aéreo, el rastreo de contactos para un vuelo de China a Canadá con un pasajero sintomático COVID-19 no reveló transmisión a bordo; lo mismo sucedió en un trayecto entre China y EE UU con 12 pasajeros sintomáticos.

Asimismo, una encuesta informal de la IATA de 18 aerolíneas importantes identificó, durante enero-marzo de 2020, solo tres episodios de sospecha de transmisión en vuelo de COVID-19, todos de pasajeros a la tripulación. Otros cuatro episodios fueron informes de transmisión aparente de piloto a piloto, que podrían haber estado en vuelo o antes o después (incluida la escala). No hubo casos de sospecha de transmisión de pasajero a pasajero.

Un examen más detallado del rastreo de contactos de 1.100 pasajeros elaborado por IATA (también durante el período de enero a marzo de 2020) que fueron diagnosticados con coronavirus después del viaje aéreo no reveló transmisión secundaria entre los más de 100.000 pasajeros en los mismos vuelos. Solo se encontraron dos casos posibles entre los miembros de la tripulación.

Para IATA, hay razones que evitan los contagios en los aviones como que los pasajeros miran hacia adelante y sus interacciones son limitadas, los asientos proporcionan una barrera, el flujo de aire reduce la potencial transmisión y los filtros de aire limpian el aire de la cabina.

“Además, incluso si es obligatorio, mantener abierto el asiento central no logrará la separación recomendada para que el distanciamiento social sea efectivo. La mayoría de las autoridades recomiendan uno o dos metros, mientras que el ancho promedio del asiento es inferior a 50 centímetros”, añaden.

“En el plazo inmediato, nuestro objetivo es hacer que el entorno de la cabina sea aún más seguro con medidas efectivas para que los pasajeros y la tripulación puedan regresar a viajar con confianza. La detección, los revestimientos faciales y las máscaras se encuentran entre las muchas capas de medidas que recomendamos. Sin embargo, dejar el asiento del medio vacío no lo es”, ha asegurado Alexandre de Juniac, CEO de IATA.

Impacto económico

Los pedidos de medidas de distanciamiento social en los aviones cambiarían fundamentalmente la economía de la aviación al reducir el factor de carga máxima al 62%. Eso está muy por debajo del factor de carga de equilibrio promedio de la industria del 77%, explica IATA.

El lobby aéreo considera que con menos asientos para vender, los costos unitarios aumentarían considerablemente. En comparación con 2019, las tarifas aéreas tendrían que aumentar drásticamente, entre 43% y 54% dependiendo de la región, solo para cubrir los costos.

“Las aerolíneas están luchando por su supervivencia. Eliminar el asiento del medio elevará los costos. Si eso se puede compensar con tarifas más altas, la era de los viajes asequibles llegará a su fin. Por otro lado, si las aerolíneas no pueden recuperar los costos en tarifas más altas, las aerolíneas se irán a la quiebra. Tampoco es una buena opción cuando el mundo necesitará una fuerte conectividad para ayudar a iniciar la recuperación de la devastación económica de COVID-19”, ha concluido de Juniac.

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