El Gobierno de Portugal ha acordado con los accionistas privados de la aerolínea de bandera del país, TAP, el aumento de la participación del Estado en la compañía hasta el 72,5%, lo que permite que siga adelante el plan de rescate diseñado por el Ejecutivo luso, que incluye una inyección de 1.200 millones de euros y un proyecto de viabilidad para la compañía.
“Esto nos permite desbloquear el préstamo y evitar la quiebra de una empresa que es esencial para el país”, dijo el ministro de Finanzas, Joao Leao, en una rueda de prensa en Lisboa el jueves por la noche.
De este modo, el Gobierno aumentará su participación en TAP, con sede en Lisboa, del 50% al 72,5%, según avanzó el secretario de Estado de Hacienda Miguel Cruz, por lo que el Estado desembolsará un total de 55 millones de euros como parte del acuerdo, incluyendo la compra de derechos económicos y derechos de voto en la aerolínea.
El inversor portugués Humberto Pedrosa seguirá siendo accionista de TAP con una participación del 22,5%, y los trabajadores de la aerolínea continuarán teniendo el 5%.
Al igual que otras aerolíneas, TAP tuvo que detener la mayoría de sus operaciones debido al brote de coronavirus. La Comisión Europea aprobó un préstamo de rescate de 1.200 millones de euros para ayudar a la aerolínea a cubrir sus necesidades inmediatas de liquidez.
Es la segunda vez en cinco años que el gobierno portugués ha aumentado su participación en TAP. En 2015, Portugal acordó vender el 61% de TAP a Atlantic Gateway como parte de un programa de privatización que tenía como objetivo reducir la deuda del país. Unos meses más tarde, el recién elegido gobierno socialista del Primer Ministro Antonio Costa revirtió en parte la privatización de la aerolínea, aumentando su participación del 34% al 50%.