La cuarentena obligatoria del gobierno de Reino Unido ha provocado que el tráfico en el aeropuerto de Heathrow haya caído un 88% durante julio en comparación con el mismo mes de 2019, según la dirección de Heathrow que, como respuesta a dicha caída, reitera la necesidad de que se introduzcan pruebas para el COVID-19 en todos los aeropuertos del país, según informa Travelmole.
En total, tan solo 860.000 personas pasaron por el aeropuerto a causa de las restricciones a causa del coronavirus, que han impedido el desplazamiento de los viajeros. Así, la cuarentena impuesta a las llegadas desde destinos clave del extranjero, como es España, ha provocado que el 60% de las rutas del aeropuerto permanezcan en tierra.
Más de la mitad de los pasajeros, alrededor de 480.000, que volaron desde Heathrow en julio viajaban a destinos europeos de vacaciones donde el Reino Unido ha abierto “corredores de viaje” libres de cuarentena.
El Chief Executive Officer de Heathrow, John Holland-Kaye, ha explicado que “se están perdiendo decenas de miles de puestos de trabajo porque Gran Bretaña permanece aislada de mercados críticos como Estados Unidos, Canadá y Singapur”.
Por ello, desde el aeropuerto contemplan como solución la introducción de pruebas que permita reducir la cuarentena manteniendo a los viajeros seguros. Estos se tendrían que someter a pruebas dos veces, una a la llegada y otra de cinco a ocho días después, garantizando así la detección de los posibles casos positivos.
El aeropuerto podría tener implementadas las pruebas a principios de septiembre, según indican, pero, hasta el momento, los ministros han rechazado su petición alegando que el aislamiento obligatorio de 14 días para los viajeros procedentes de los países que consideran de riesgo es la mejor forma de prevenir la propagación del virus.