El primer ministro británico, Boris Johnson, ha descartado este miércoles cerrar completamente las fronteras de Reino Unido como medida para mitigar la expansión de la pandemia de COVID-19 en el país, alegando que “no es práctico”.
Johnson, que ha respondido así a la petición del líder laborista, Keir Starmer, de imponer más restricciones para evitar la entrada de las mutaciones del SARS-CoV-2 a Reino Unido, ha aludido a la cantidad de fármacos y alimentos que Reino Unido importa. Además, ha recordado que el Ejecutivo ya ha endurecido las restricciones a los viajes con el objetivo de reducir la propagación de la enfermedad.
Así, durante una sesión parlamentaria de preguntas al ‘premier’, ha asegurado que el Gobierno británico seguirá adelante con su plan de imponer cuarentenas en hoteles para las personas que lleguen a Reino Unido procedentes de zonas muy castigadas por la pandemia, antes de señalar que las autoridades sanitarias “no han recomendado una prohibición (a la entrada) completa”.
Las autoridades británicas endurecieron hace un mes las restricciones a los viajes internacionales e implementaron una cuarentena obligatoria de diez días a las personas que retornaran a Reino Unido. Actualmente, en la ‘lista negra’ de países de gran riesgo figuran hasta 33 países, incluyendo la mayoría de las naciones sudamericanas, Sudáfrica o Portugal.