El Índice de Confianza de la Organización Mundial del Turismo (OMT) da señales de un lento repunte de la confianza de los viajeros, a pesar de que la llegada de turistas internacionales en el primer trimestre de 2021 ha caído un 83% en comparación con el mismo periodo del año pasado.
Asia-Pacífico siguió mostrando los niveles más bajos de actividad, con una caída del 94% de las llegadas internacionales durante el trimestre, mientras que Europa registró la segunda mayor bajada (-83%), seguida de África (-81%), Oriente Medio (-78%) y América (-71%).
Para el secretario general de la OMT, Zurab Pololikashvili, las vacunas serán la “clave” para la recuperación del sector, pero para ver un repunte en la temporada de verano del hemisferio norte “se debe mejorar la coordinación y la comunicación y lograr a la vez que las pruebas sean más fáciles y asequibles”.
Según la última encuesta del grupo de expertos en turismo de la OMT, el 60% cree que el repunte del turismo internacional no llegará hasta 2022, frente al 50% en la encuesta de enero de 2021. El 40% restante ve un posible repunte en 2021, un porcentaje ligeramente inferior al de enero. Casi la mitad de los expertos no anticipa una vuelta a los niveles de turismo internacional de 2019 antes de 2024 o más tarde.
Los expertos en turismo han señalado la continua imposición de restricciones a los viajes y la falta de coordinación en los protocolos de viaje y salud como el principal obstáculo para la recuperación del sector.
Caída de los ingresos del turismo internacional
Los ingresos del turismo internacional en 2020 se redujeron un 64% en términos reales, lo que equivale a una disminución de más de 900.000 millones de dólares (737.621 millones de euros), recortando el valor global de las exportaciones mundiales en más de un 4% en 2020, según el Barómetro del Turismo Mundial de la OMT.
Además, la pérdida total de ingresos por exportaciones del turismo internacional, incluido el transporte de pasajeros, asciende a casi 1,1 billones de dólares (901.429 millones de euros). Asia y el Pacífico (-70%) y Oriente Medio (-69%) registraron las mayores reducciones de ingresos.