De izquierda a derecha: José Manuel Asín, Juan Molas y Carlos Abella.
La Mesa del Turismo considera que el último trimestre del año es “una incertidumbre” para la actividad turística por el riesgo de la variante Delta, que puede provocar un freno a los viajes por negocios.
La organización ha presentado este lunes su ‘Análisis de la coyuntura turística española’ y de él se desprende que la variante Delta puede dar lugar a un ritmo de recuperación más lento que lo observado en verano, “por lo que estaremos muy lejos de alcanzar un patrón normal de actividad como el del año 2019”.
La Mesa del Turismo sostiene que “tanto los ingresos por turismo, como el empleo generado por su actividad, seguirán castigados por el avance de esta nueva variante”. El control de la situación epidemiológica y la relajación de las restricciones de movilidad, dentro y fuera de los países europeos, “serán factores que servirán para paliar la incertidumbre imperante en los viajeros”, añaden.
Asimismo, consideran como factores decisivos las ayudas al sector, a través de los fondos europeos, así como las medidas de apoyo que el gobierno español destine para las pymes.
Ocho meses “muy desiguales”
El análisis hace un balance de este curso, en el que destaca que durante los primeros ocho meses de 2021, la actividad turística ha seguido un ritmo mensual “muy desigual”. En el primer trimestre, el turismo se enfrentó “a un periodo muy castigado por la crisis pandémica y caracterizado por el cierre de fronteras parciales o totales, por el elevado número de casos positivos COVID-19 en el mundo”.
“En el segundo semestre, el ritmo de vacunación era heterogéneo entre países, al igual que sus políticas de viaje, lo que dio lugar a un turismo prácticamente inactivo”, explica la Mesa del Turismo, que fija en el verano “una ligera recuperación que vino marcada por el dinamismo de la demanda interna, fenómeno ‘staycation’, y una demanda internacional, aunque muy modesta, impulsada principalmente por los países vecinos”.
Lo anterior se produjo porque las medidas restrictivas en fronteras “no se suavizaron a la vez y tampoco en la misma intensidad entre países, por lo que la demanda externa estaba sujeta a las restricciones de movilidad impuestas por los gobiernos por la incertidumbre asociada”, según la organización.
Cabe destacar que los países vecinos no relajaron sus medidas restrictivas hasta el mes de julio, en su mayoría, y con un mensaje de mucha cautela a los turistas por la incertidumbre imperante. “Solo algunos mercados emisores más próximos, y con medidas de viajes más relajadas, fueron los que impulsaron la actividad turística durante los meses de julio y agosto en España, acentuando aún más la estacionalidad del sector”, añade la Mesa del Turismo.
El análisis destaca que “la situación internacional y la incertidumbre favorecieron que los turistas organizaran sus viajes principalmente en destinos de interior”. “Las cifras del número de pernoctaciones hoteleras en España lo demuestran, con los resultados obtenidos en la demanda de los residentes, los cuales superaron ampliamente los registros del año anterior, aunque sin superar las cifras pre COVID. Si bien, el ritmo de actividad no fue homogénea entre regiones”, concluye.
