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Núñez del Campo destaca que una solución es integrar en la oferta el ferrocarril, un transporte que ya es sostenible.
La movilidad representa la principal anomalía en la senda europea de descarbonización, con modos dependientes del petróleo que tardarán lustros en convertirse en modos 100% sostenibles.
La movilidad fue responsable del 28,5% de las emisiones de CO2 en la UE en 2019, de las cuales el 71,7% proceden del transporte por carretera, lo que significa un 20,4% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero (GEI) europeas.
Los automóviles privados son el principal contaminante, pues representan el 60,6% del total de las emisiones del transporte en carretera de Europa. También preocupa el crecimiento acelerado de la aviación civil en Europa y de los cruceros.
El transporte es el único gran sector a contracorriente del resto, en el que las emisiones GEI han aumentado en las últimas tres décadas, creciendo un 33,5% entre 1990 y 2019.
El objetivo de alcanzar la neutralidad climática del Pacto Verde Europeo que incluye disminuir un 90% de las emisiones de gases de efecto invernadero del transporte para 2050 respecto a 1990.
Movilidad y logística están 70 puntos por encima del resto de los sectores que van cumpliendo: hasta 2050, la Unión debería reducir sus emisiones GEI un 4,4% anual.
El sector transporte representa la principal anomalía de la senda europea de descarbonización. Por la magnitud de sus emisiones, primer emisor, por su desbocado crecimiento, movilidad y logística son la encrucijada de la Emergencia Climática en Europa, porque el fracaso en la reducción de sus emisiones significa el fracaso de la estrategia comunitaria de descarbonización.
El sector europeo del turismo se encuentra en la misma circunstancia: la movilidad es su talón de Aquiles climático.
A medio plazo es imprescindible acelerar la transición sostenible de la movilidad. Es algo que el sector turístico debe exigir al transporte para asegurar su sostenibilidad global:
• Intermodalidad desde el diseño de la movilidad sostenible, apoyada en la digitalización.
• Sistemas y vehículos más eficientes, potenciación del transporte público.
• Eliminación de la dependencia fósil mediante la electrificación y el uso de H2 verde.
• Nuevos sistemas de comercio de emisiones (ETS) para el transporte por carretera y la aviación.
Pero los modos dependientes del petróleo abordan un tránsito superior a 20 años para ser sectores plena y realmente sostenibles, para hacer posible su descarbonización. Lamentablemente, en el actual estado de Emergencia Climática, no podemos esperar a su maduración completa.
Como precisamos de soluciones casi instantáneas, una de sus opciones es integrar su oferta con el modo de transporte que ya es sostenible, el ferrocarril, generando ofertas conjuntas sustancialmente bajas en carbono.
Renfe ofrece una pista de aterrizaje mediante su plataforma DOCO, una plataforma integral de movilidad para moverse y viajar por todo el país de puerta a puerta: planificar, reservar, pagar y viajar en una misma aplicación va a ser la posibilidad que se abre con esta nueva plataforma, que implica una solución única de servicios de movilidad en tanto que permitirá a los viajeros elaborar una gran variedad de combinaciones enfocadas, básicamente, a potenciar la movilidad sostenible.
