Aerolíneas

La escasez de personal y la inflación ponen ‘contra las cuerdas’ al sector aéreo en todo el mundo

El volumen de la demanda de viajes aéreos se ha ido recuperando casi sin parar desde la primavera de 2021

Publicada 07/12/2022

9:01 horas

 - Actualizada 07/12/2022

9:16 horas

unque el tráfico diario de pasajeros en los aeropuertos, por lo general, aún no ha alcanzado los niveles de 2019, se va acercando poco a poco.

unque el tráfico diario de pasajeros en los aeropuertos, por lo general, aún no ha alcanzado los niveles de 2019, se va acercando poco a poco.

El sector aéreo mundial se enfrenta a un difícil entorno macroeconómico en el que la escasez de mano de obra así como la inflación al alza que está disparando los gastos de explotación, sobre todo del combustible, está afectando de forma muy importante a su rentabilidad empresarial, que ve además cómo las cancelaciones y retrasos de los vuelos se multiplican complicando la esperada recuperación.

Según un informe elaborado por la consultora Oliver Wyman, la puntualidad de las aerolíneas cae en picado desde comienzos de año y eso es debido a que han optado por recortar los horarios de los vuelos debido a la falta de personal.

A esto se suma que, debido a la guerra en Ucrania, las compañías aéreas de todo el mundo se han visto obligadas a evitar el espacio aéreo ruso, lo que supone una mayor duración de los vuelos, mayores costes de combustible y de tripulación. Para evitar estos costes adicionales, muchas aerolíneas han tenido que suspender las rutas que dependían del espacio aéreo ruso sin ofrecer alternativas directas.

El informe ‘Airline Economic Analysis 2021-2022’ plasma las circunstancias operativas más singulares de la historia de la aviación, que se inició en 2020 con la pandemia y aún hoy continúa, debido al conflicto en Ucrania y otros factores coyunturales.

Las principales conclusiones del informe son que aunque los aviones vuelven a volar y millones de personas parecen dispuestas a viajar, los numerosos problemas por los que atraviesa el sector ponen en peligro su espera recuperación futura.

Sector en recuperación

El volumen de la demanda de viajes aéreos se ha ido recuperando casi sin parar desde la primavera de 2021. Aunque el tráfico diario de pasajeros en los aeropuertos, por lo general, aún no ha alcanzado los niveles de 2019, se va acercando poco a poco.

Pero la recuperación del transporte internacional ha venido acompañado de algunas complicaciones difíciles de resolver, como dificultades para satisfacer la demanda y durante los meses de verano, se ha registrado largas colas de facturación y seguridad, además de retrasos en la recogida de equipaje.

El informe asegura que uno de los retos más inmediatos a los que se enfrenta el sector de la aviación en la actualidad es la escasez de mano de obra. La escasez se hace notar en todas las categorías: desde pilotos hasta operarios de equipajes, pasando por personal de tierra, auxiliares de vuelo o mecánicos aeronáuticos. Además, también se ha detectado escasez de controladores aéreos, fuerzas de seguridad e, incluso, de proveedores que abastecen tanto a aerolíneas como a aeropuertos.

El problema no parece, además, que pueda solucionarse a corto plazo. Las condiciones especialmente estrictas que se exigen tanto a pilotos como mecánicos para realizar su trabajo tras cientos de horas de formación alargan su incorporación inmediata.

Debido a esta escasez, las tasas de puntualidad se han visto resentidas y muchas aerolíneas han optado además por recortar los horarios de los vuelos debido a la falta de personal. Además de las tripulaciones de los aviones, también hay muy poco personal disponible capacitado para reparar las aeronaves.

Aumento de los costes

Los problemas de personal, teniendo en cuenta que desemboca en reducción, retrasos y cancelación de vuelos, hacen más difícil que las aerolíneas obtengan beneficios. Todo ello, unido a que en este momento las aerolíneas se están enfrentando a unos costes de combustible disparados que se suman a los costes laborales generando en conjunto una considerable subida de los costes de explotación para las compañías aéreas.

En marzo, tras la invasión rusa de Ucrania, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) emitió un comunicado en el que advertía de que las pérdidas de las aerolíneas probablemente aumentarían en 2022 debido a los precios del petróleo.

Varios meses antes, la asociación había previsto pérdidas de 11.600 millones de dólares (11.000 millones de euros), pero teniendo en cuenta un precio de 78 dólares (73,8) por barril. A partir de marzo, el combustible para aviones se cotiza a más de 140 dólares (132 euros) el barril lo que en el cierre del año las pérdidas podrían duplicarse.

Además, el conflicto, y las sanciones comerciales impuestas a raíz del mismo, están ejerciendo una presión adicional sobre los mercados de materias primas y las cadenas de suministro, que debido a ello presentan dificultades e inflación.

Una de las materias primas afectadas es el titanio, vital para el sector aeroespacial, aunque también vemos escasez de semiconductores e incluso de vehículos necesarios para realizar las operaciones aeroportuarias.

Objetivo cero emisiones

En un horizonte cercano está el objetivo mundial de alcanzar las cero emisiones netas de carbono en 2050. Más que cualquier otro medio de transporte, este objetivo es especialmente problemático para la aviación, ya que la tecnología que podría permitir a la industria eliminar, o al menos reducir significativamente, su dependencia de los combustibles fósiles está aún en desarrollo y no se esperan resultados eficaces hasta la década de 2030.

Mientras tanto, la aviación se enfrenta a la perspectiva de un aumento de las emisiones basado en el crecimiento previsto de la demanda de viajes aéreos en un momento en el que se insta al resto de la economía mundial que debe reducir sus emisiones a la mitad en menos de 10 años.

Para intentar reducir su huella de carbono, las aerolíneas tendrán que recurrir al combustible de aviación sostenible (SAF), un 80% menos intensivo en carbono que el combustible convencional.

El problema con esta conversión es que apenas hay capacidad para cambiar el 10% del consumo de combustible de la flota mundial de aviones a SAF. Sin embargo, el cálculo de Oliver Wyman asegura que las compañías aéreas de todo el mundo tendrían que incorporar un 15% de SAF en su mezcla de combustible sólo para compensar las emisiones en 2030.

Aunque es probable que la búsqueda de la reducción neta de emisiones suponga una carga para la aviación a medida que se acerque el año 2030, las perspectivas actuales del sector son ciertamente mejores que las de hace un año debido al aumento de la demanda y los ingresos.

El informe advierte no obstante de que “dada la escasez de mano de obra y el aumento del precio del combustible y otros costes, las aerolíneas continuarán teniendo que enfrentarse a complejos retos y adversidades en los próximos años”.

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