El Ayuntamiento de Barcelona planea alertar a los turistas de no acudir a ciertas zonas cuando haya mucha afluencia de visitantes y la experiencia no pueda ser positiva por el volumen de gente para evitar la masificación y facilitar el flujo de personas en los espacios más turísticos.
Lo ha dicho el teniente de alcalde de Economía, Jordi Valls, junto a la gerente del Área de Economía, Laia Claverol, y el de Promoción Económica, Miquel Rodríguez, en rueda de prensa para presentar el nuevo plan del Ayuntamiento para gestionar las zonas más turísticas.
Valls ha apostado por utilizar herramientas con las que, mediante los datos obtenidos, permitan dar instrucciones y sugerencias a los turistas para ubicarlos en otros lugares y, por ejemplo, aconsejarles de no visitar el Mercado de la Boqueria cuando haya mucha gente porque la experiencia no será positiva por el volumen de visitantes: “Y decirlo con esta claridad”.
Ha alertado de que la ciudad está “al límite de turistas” y por eso ha apostado por gestionar los flujos en entornos determinados utilizando herramientas que permitan regularlos, ya que ha dicho que la demanda turística es imparable actualmente y que tan sólo pueden controlar la oferta.
16 espacios de gran afluencia
Se trata de una de las medidas que el Ayuntamiento estudia en el marco del nuevo plan para gestionar las zonas más turísticas, que define 16 Espacios de Gran Afluencia (EGA) para actuar de manera concreta y minimizar las externalidades negativas del turismo a la vez que se garantiza “que el turismo continúa siendo una historia de éxito”.
De momento empezarán a gestionar tres de estos espacios, que el Ayuntamiento ve prioritarios: la Sagrada Familia (que cuenta con 20 millones de visitantes al año en su interior y exterior), el Parc Güell (que alcanza los 4,5 millones), y la zona entre el Mercado de la Boqueria y la plaza de la Gardunya, en la que se estiman 20 millones de visitantes al año.
Se desplegarán 33 acciones concretas, con una inversión de 44,2 millones de euros en este mandato y, entre las medidas a corto plazo, destaca la ampliación de agentes cívicos, el refuerzo de la limpieza y la seguridad, una campaña de control de venta ambulante y la reordenación de rutas de buses turísticos, entre otras.
De los 16 espacios, no todos son turísticos, pero sí se consideran la mitad, que, excluyendo los tres en los que se empieza a actuar, son también el paseo de Gràcia-plaza Catalunya, el barrio Gótico, la Rambla, la zona de Sant Pere-Santa Caterina-La Ribera y la Barceloneta.
El plan incluye una campaña de comunicación específica dirigida a turistas, que se ha puesto en marcha esta semana, con el lema ‘Barcelona, our home. And yours’ para concienciar a los visitantes de la necesidad de respetar las normas.
Esponjar los entornos
En la Sagrada Familia, han empezado a definir el proyecto de urbanización de las calles Provença y Marina, y de mejora de los accesos al Metro; además se reformará la plaza Pablo Neruda y prevén reordenar el espacio público y los elementos urbanos existentes para esponjar el entorno del templo.
Esta reordenación incluye retirar mobiliario que ha quedado obsoleto, elementos que han quedado abandonados en la calle, algunos de los bolardos que se instalaron tras los atentados que ya no sean necesarios, y terrazas que no cumplan con la normativa.
En la zona de Gardunya-Boqueria, se mejorarán los Jardins del Doctor Fleming y se harán intervenciones puntuales en la plaza de la Gardunya, donde se creará un plan específico para cambiar las dinámicas de convivencia y seguridad, y habrá cuatro nuevos agentes cívicos en la Boqueria.
En el Parc Güell, el gobierno municipal ya anunció las medidas previstas, como la restricción de tráfico en el barrio de la Salut, la reordenación de las paradas de taxi y el refuerzo de las líneas de bus 24, V19 y 116.