Aerolíneas

IATA exige medidas urgentes para mitigar el impacto climático de las estelas de los aviones

La asociación anima a los fabricantes de aeronaves a incluir disposiciones para las observaciones meteorológicas

Publicada 03/05/2024

9:01 horas

 - Actualizada 03/05/2024

9:03 horas

El estudio subraya la complejidad de la ciencia de las estelas de condensación y señala las lagunas existentes en la comprensión de cómo se forman

El estudio subraya la complejidad de la ciencia de las estelas de condensación y señala las lagunas existentes en la comprensión de cómo se forman

La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) ha pedido que se tomen medidas urgentes para profundizar en el conocimiento de la formación y el impacto climático de las estelas de condensación de los aviones, con el objetivo de desarrollar medidas de mitigación eficaces.

Así se desprende del reciente informe de la entidad, que exige que se refuerce la colaboración entre la investigación y la innovación tecnológica, junto con marcos políticos para abordar las emisiones de la aviación distintas del CO2 mediante más datos atmosféricos.

Además, el estudio subraya la complejidad de la ciencia de las estelas de condensación y señala las lagunas existentes en la comprensión de cómo se forman, cuándo pueden persistir y cómo afectan al clima.

“La falta de datos de alta resolución y en tiempo real sobre las condiciones atmosféricas, en particular la humedad y la temperatura a altitudes de crucero, dificulta la previsión precisa de las estelas de condensación”, explica el documeto.

Para el director general de IATA, Willie Walsh, actuar ahora significa realizar más ensayos, recopilar más datos, mejorar los modelos climáticos y madurar las tecnologías y las operaciones.

Entre las recomendaciones del informe, a corto plazo (2024-2030), la prioridad debería ser la reducción de las emisiones de CO2 por encima de los beneficios inciertos que “podrían derivarse de la detección de estelas de condensación y su mitigación”. Así, las acciones son aumentar la participación de las aerolíneas en los programas de sensores, continuar la investigación científica y mejorar los modelos climáticos y de humedad.

A medio plazo, entre 2030 y 2040, el estudio apunta al establecimiento de normas para la transmisión de datos, la validación continua de los modelos y animar a los fabricantes de aviones a incluir disposiciones para las observaciones meteorológicas, así como la evitación seleccionada.

Por último, las aeronaves deberían proporcionar datos continuamente y los modelos y la infraestructura deberían estar ahí y ser fiables a más a largo plazo. “En ese momento, la comunidad tendrá un conocimiento más completo de los efectos no relacionados con el CO2 de los combustibles alternativos, con medidas de mitigación ampliadas”, ha explicado.

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