Por primera vez en 25 años, Estados Unidos se ha abstenido en la votación anual que se ha celebrado este miércoles en la Asamblea General de Naciones Unidas para conseguir la retirada del bloqueo económico, financiero y comercial sobre Cuba.
La Asamblea General ha aprobado la resolución para el fin del embargo a la isla caribeña con 191 votos a favor y dos abstenciones, las de Estados Unidos e Israel, su fiel aliado, que siempre ha votado en línea con su socio norteamericano sobre este asunto.
La embajadora estadounidense en la ONU, Samantha Power, ya había adelantado que este año Washington se abstendría. “No hay razón para votar defendiendo una política fallida a la que nos oponemos”, ha escrito en Twitter el asesor presidencial Ben Rhodes.
Power, desde el estrado de la Asamblea General, ha explicado que esta abstención “no significa que Estados Unidos esté de acuerdo con todas las políticas aplicadas por Cuba”. “Pero reconocemos que en nuestra historia también hay motivos para relacionarnos”, ha indicado.
La embajadora ha mencionado como ejemplo la cooperación bilateral en la lucha contra el ébola en África Occidental. “No coincidimos en todos los temas con Cuba, pero creemos que podemos colaborar aquí, en la ONU, para enfrentar desafíos globales”, ha sostenido.
Rechazo unánime
Por su parte, el diario oficial ‘Granma’ ha destacado que “el mundo unánimemente ha rechazado el bloqueo por primera vez en la historia”. El ministro de Exteriores, Bruno Rodríguez, ha enfatizado que “ha tomado 24 años la rectificación del voto solitario de Estados Unidos” y ha atribuido esta victoria a “los 58 años de resistencia” del pueblo cubano.
El canciller ha valorado esta abstención como “un paso positivo”, pero al mismo tiempo reiterado que debe traducirse en “hechos”, reclamando mayores acciones al Gobierno de Barack Obama para acabar con lo que ha calificado de “genocidio”.
“Es una señal promisoria que tenemos la esperanza de que se refleje en la realidad”, ha confesado. En concreto, ha pedido avances en el cerco financiero, denunciando que hasta ahora las medidas adoptadas por la Casa Blanca para relajar el bloqueo solo han beneficiado a Washington.
Las resoluciones de la asamblea general no tienen carácter vinculante. Se formulan simplemente como recomendaciones o indicaciones a los países miembros, aunque revisten una importante carga política y cuando son aprobadas por unanimidad pueden trascender su naturaleza jurídica.
Dos años de deshielo
El 17 de diciembre de 2014, los presidentes Barack Obama y Raúl Castro anunciaron al mundo en discursos simultáneos que habían llegado a un acuerdo para iniciar un diálogo con el que poner fin a un distanciamiento político de más de medio siglo.
Desde entonces se han producido destacados avances, como el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con la apertura de embajadas y el nombramiento de embajadores. Además, Obama ha usado su poder ejecutivo para desmontar el bloqueo.
Sin embargo, quedan aún temas pendientes, de los cuales el más relevante es el fin del bloqueo. Para esto último la Casa Blanca deberá contar con la complicidad del Congreso, ya que el embargo se fundamenta en un sinfín de leyes y órdenes ejecutivas.