El presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, ha advertido este jueves al presidente del Ejecutivo, Mariano Rajoy, de que si no interviene en el tema de las prospecciones de hidrocarburos, y toma decisiones distintas para Baleares y Canarias, se enfrenta a una “ruptura de las relaciones institucionales” entre las administraciones central y regional.
“Si llegamos a la conclusión de que por motivos políticos se resuelve una declaración medioambiental negativa para Baleares –que es lo que se está avanzando– y deja tirado a los canarios, tiene todos los números, todos los boletos, para que se produzca una ruptura de las relaciones institucionales”, aseveró durante una comparecencia extraordinaria ante los medios de comunicación en la sede de Presidencia del Gobierno en la capital grancanaria.
Ello se produce después de que este miércoles el Ministerio de Industria, Energía y Turismo autorizara a Repsol los sondeos exploratorios en los permisos de investigación de hidrocarburos, frente a las costas de Fuerteventura y Lanzarote.
Rivero remarcó que ha mostrado “lealtad y respeto” institucional en todo este tiempo, de una manera que consideró “inquebrantable”, pero sostuvo que el “desprecio” recibido sin ni siquiera “la mínima cortesía institucional” de avisar del anuncio de este martes, les sitúa en un escenario de riesgo en las relaciones Canarias-Estado.
“Un asunto de esta controversia que no merezca una mínima atención para comunicarlo previamente, además a mediados de un mes como agosto, es prueba de ese desprecio. Queriendo llevar este asunto a cabo como si fuéramos una colonia del siglo pasado. Los canarios no lo vamos a permitir”, remarcó.
No es un mercadeo
“Canarias no está en venta”, dijo el presidente, quien insistió preguntado por la posible fiscalidad que anunció el ministro José Manuel Soria para las islas: “Canarias no se vende, sino que se defiende”. Explicó, de hecho, que el tema de las prospecciones “no se puede encauzar con compensaciones económicas”.
“Esto no es un mercadeo, no es un regateo, sino un asunto de fondo que es el modelo económico de Canarias”, sostuvo. “Ese dinero se pone en la balanza con las decenas de miles de puestos de trabajo y los 13.000 millones de euros de la actividad turísticos en Canarias y no hay color”, dijo.
Así, acusó a Soria de estar “sembrando tempestades entre las relaciones de la sociedad canaria con el Gobierno de España”. “La gravedad de este asunto, de este divorcio de una parte muy importante de la sociedad con el Gobierno de España hace imprescindible la intervención de Rajoy”, insistió.
Consejo de Gobierno extraordinario
Rivero avanzó para la próxima semana un Consejo de Gobierno extraordinario para valorar este asunto y dijo que promoverá en el Parlamento canario un debate igual de monográfico sobre el asunto a la vuelta del mes de agosto. “Ésto no se va a resolver con el tiempo”, dijo.
El presidente canario dijo estar manteniendo correspondencia con el gabinete del presidente del Gobierno para pactar una nueva reunión y dijo que también está haciendo lo propio con el Rey. “Ya no podemos remitir este asunto al departamento correspondiente sino que exigimos la presencia de Rajoy. Porque queremos saber cuál es su opinión respecto a las prospecciones en Baleares, que ya sabemos, y las de Canarias, de las que no se ha pronunciado”, indicó.
“Queremos saber si tiene la misma vara de medir. Y si tiene distintas porque quiere resolver un problema político en Baleares, donde gobierna el PP, y trata de una forma diferente a Canarias está poniendo muchos elementos para que se produzca una ruptura de las relaciones institucionales de Canarias con el Gobierno de España”, aseveró.
Rajoy confundido
Y es que Rivero cree que “Rajoy puede estar confundido” y no haberse “dado cuenta de la gravedad de este asunto en Canarias”. “No se ha dado cuenta de la dimensión”, lamentó, para agregar que no se está a la altura del cargo si no se dedica la importancia necesaria a los temas importantes.
Además, sostuvo que Repsol debería “reflexionar” sobre todo lo que está ocurriendo y “ralentizar” sus acciones hasta que esto se resuelva políticamente. Y avanzó que “el asunto es tan grave” en estos momentos “que la respuesta de la sociedad canaria va a ser contundente” en su rechazo.
Amenazas de boicot
El presidente de Lanzarote, Pedro San Ginés, habló de “gran embuste” de los argumentos del Gobierno central, como en el caso del déficit energético. “Hablan como si el petróleo de Repsol pasara a ser español”, dijo.
Su homólogo de Fuerteventura, Mario Cabrera, amenazó a Sacyr y La Caixa, accionistas en Repsol, de que las buenas relaciones que tienen en la isla “pueden dejar de ser buenas” en cualquier momento. “Les pedimos que ejerzan presión y se guíen también por sus propios intereses. En Fuerteventura se trabaja con La Caixa pero se puede dejar de trabajar al día siguiente. Con Sacyr son adjudicaciones, pero si no se mueven nos alegraría enormemente que no tenga obras en Fuerteventura”, aseveró.