Economía y Tendencias

El coronavirus acelera el cambio hacia el turismo de calidad

La crisis sanitaria ha abierto el debate entre apostar por seguir aumentando el número de visitantes o intentar que sean menos, pero más respetuosos y de mayor poder adquisitivo

Publicada 22/06/2020

8:42 horas

 - Actualizada 26/06/2020

12:01 horas

Diego Montes

Los destinos deberán ejecutar campañas de promoción que pongan en valor su seguridad y la calidad de sus productos.

Los destinos deberán ejecutar campañas de promoción que pongan en valor su seguridad y la calidad de sus productos.

España recibió en 2019 82 millones de visitantes; parecía haber tocado techo. Además, un número tan elevado de turistas traía consigo aparejado una serie de problemas que ya habían suscitado el debate en nuestro país mucho antes de que el coronavirus trastocase el presente y futuro de destinos, empresas, viajeros y ciudadanos.

El impacto sobre la sostenibilidad, el bajo gasto medio o las dificultades que cierto tipo de turismo generaba en la convivencia con los residentes eran motivos esgrimidos por cada vez más expertos del sector para reclamar que se apostase por un turismo en el que primase la calidad por encima de la cantidad.

La crisis generada por la COVID-19 y el presumible cambio de modelo turístico que se producirá en los próximos meses han avivado estas reflexiones.

“Como decía un jefe de gabinete de Obama: ‘Nunca desaproveches una buena crisis’. Vamos a ver si en este momento se puede empujar más hacia una estrategia de turismo de calidad”, señala a AGENTTRAVEL el director pedagógico y de Innovación de la Facultad de Turismo y Dirección Hotelera Sant Ignasi, Jordi Ficapal.

En la opinión del experto, “el modelo del Todo Incluido y del Sol y Playa ya estaba dando síntomas de agotamiento y las circunstancias actuales podrían llevar a replanear la estrategia”.

David Font: “El ámbito rural o el ‘slow tourism’ podrían ser factores de decisión para los turistas”

Para ello, sentencia, “las administraciones de los destinos deben ser un poco valientes”.
El primer paso para la atracción de este viajero, que Ficapal define como un turista con un mayor interés por “la gastronomía, la cultura y el ‘slow tourism’”, sería el aumento de la estancia media que en Barcelona, por ejemplo, está en 2,1 noches.

“Antes, el turista que se gastaba 2.000 euros en un fin de semana era un target de cliente privilegiado, pero quizá ahora nos conviene un cambio de estrategia hacia un impacto económico que se distribuya en más tiempo sobre el destino”, añade Ficapal.

Para conseguir dar un giro de timón de esta índole, apuesta por una promoción que se centre en la “inversión en la reputación desde la perspectiva de la seguridad y la higiene”, que, a su vez, vaya acompañada de campañas que muestren los beneficios de un destino tranquilo para atraer al turista que se desea, “más que al que llega con una estancia corta”.

Reforzar la calidad turística

Destinos como Cataluña o Madrid ya habían estudiado propuestas del carácter de las que plantea Ficapal antes de la crisis ocasionada por el coronavirus e, incluso, se encontraban en pleno proceso de implantación de estrategias dirigidas hacia este objetivo.

David Font, director de la Agencia Catalana de Turismo (ACT), afirma que el organismo “tiene claro” su modelo de turismo y ya estaba ejecutándolo a través de sus planes de estrategia y de marketing. “Seguiremos apostando por un turismo sostenible”, sostiene Font, para quien la crisis hará que adapten “algunos aspectos” de su estrategia, pero no los principios generales.

En línea con Ficapal, el director de la ACT sostiene que una de las claves de cara a los próximos meses será “potenciar la confianza en el destino a través de la seguridad”. Es fundamental, resalta, mostrar que “se están llevando a cabo las medidas y los protocolos correctos en términos sanitarios para minimizar al máximo el riesgo de contagio entre turistas y profesionales”.

Carlos Garrido: “Las agencias deben participar en la elaboración de un turismo con características especiales”

En cualquier caso, Font asegura que Cataluña ha reconvertido la planificación de la región para focalizarse en el mercado doméstico en primer lugar, pero también poniendo la vista en “el sur de Francia, Países Bajos, Alemania, y norte de Italia, para más adelante trabajar con los destinos más lejanos”.

Una tendencia que también seguirá Madrid, empezando por las experiencias más locales. “La reactivación turística de la ciudad comenzará, como es lógico, por el consumo de productos y experiencias turísticas por los propios madrileños”, explica la concejala delegada de Turismo del Ayuntamiento de Madrid, Almudena Maíllo.

A medida que se vayan levantando restricciones, las campañas se ampliarán “al mercado nacional, al europeo y al internacional, con el objetivo de fortalecer el destino Madrid y el conjunto del sector turístico”, añade.

Volviendo al turismo de calidad, desde Madrid, también quieren poner de manifiesto que antes de la pandemia ya trabajaban para desarrollar un turismo sostenible. Eso sí, Maíllo admite que es un buen momento para “reforzar aún más este modelo” en el que considera que “la calidad y la cantidad no son incompatibles”.

¿Cambio de perfil?

Este último matiz sirve para introducir una de las preocupaciones que suscita el debate sobre el turismo de calidad. Si, en principio, la estrategia giraría en torno a la atracción de un menor número de viajeros, pero de mayor poder adquisitivo, y es posible que hoteles y aerolíneas se vean obligadas a limitar la ocupación, ¿podría cambiar el perfil del turista hasta tal punto que solo los estratos sociales más pudientes tengan la posibilidad de viajar?

“Creo que aún hay margen”, apunta Ficapal. “Vamos a ver cómo se resuelve la cuestión del transporte aéreo, pero el low cost no tiene por qué estar asociado solo a la aviación”. El experto plantea alternativas más económicas como “la reactivación de las redes ferroviarias de alta velocidad o el transporte en automóvil”.

Desde el punto de vista del destino madrileño, la principal preocupación es “reactivar la actividad turística lo antes posible”. Para ello, Maíllo apuesta por dirigirse a “aquellos segmentos de la demanda que estén más predispuestos a viajar, a través de políticas que busquen el equilibrio entre la satisfacción del viajero y la calidad de vida del ciudadano”.

Cataluña seguirá apostando por un turismo sostenible (en la imagen La Costa Brava).

La ACT, por su parte, se encuentra trabajando en estrategias a medio y largo plazo con el objetivo de “saber qué tendencias cambiarán y cómo adaptarse”.

Pero si algo tiene claro su director es que el “‘nuevo’ turista seguirá siendo exigente y buscará experiencias diferenciadas donde la seguridad será un elemento clave”. Así, “el ámbito rural o el ‘slow tourism’” podrían ser “factores de decisión” para un turista “que buscará el contacto con la naturaleza y espacios abiertos”, añade Font.

Reinvención de las agencias

Con el objetivo de fomentar un turismo de calidad, que también sea accesible económicamente, Ficapal pone el foco en que las agencias están creando nuevos productos, más acordes con las restricciones que sufrirá la actividad turística en los próximos meses, relacionados con “las rutas en España utilizando tren o automóvil como medio de transporte principal y buscando destinos intermedios que puedan resultar atractivos a los clientes entre el origen y el destino”.

Las palabras de Ficapal relacionan un debate recurrente, el del turismo de calidad, con otro no menos repetido, el de la reinvención de las agencias de viajes.

El presidente de la Confederación Española de Agencias de Viajes (CEAV), Carlos Garrido, observa la crisis sanitaria como “una oportunidad para acelerar algunos procesos de transformación” que el sector ya había emprendido, “replantear ciertas cosas y renovar modelos obsoletos”.

“Es un buen momento para trabajar sobre este tipo de aspectos que serán muy positivos para el turismo, para el país y desde luego para nuestro sector’, remacha. También, insiste, para “redefinir y poner en valor la participación de las agencias en la cadena de valor”.

Jordi Ficapal: “El modelo del Sol y Playa y el Todo Incluido ya daba síntomas de agotamiento”

Volviendo a la cacareada reinvención de las agencias, Garrido considera que deben seguir “aportando valor en la distribución, dar confianza y credibilidad a sus clientes”, pero también “evolucionar hacia las nuevas demandas del mercado”. No obstante, a su juicio, las agencias siguen este camino “desde hace décadas” y, gracias a ello, “han sido capaces de vencer otras crisis, ser un sector en crecimiento y ganar cuotas en distribución”.

Para el presidente de CEAV, las agencias jugarán un papel fundamental en el turismo post-covid, independientemente de que el modelo que termine imponiéndose apueste con mayor intensidad por la calidad o continúe en la senda del número de turistas.

“Las agencias somos los encargados de la planificación y la logística de los productos turísticos”, explica. Por tanto, serán las minoristas quienes construyan dichos modelos y los vendan. “Para ello debemos participar en la definición y en la elaboración de un turismo distinto y con características especiales”, remata Garrido.

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