El gasto de los viajeros internacionales para el 2022 se situará en 73.000 millones de euros.
Un informe de CaixaBank Research revela que el PIB turístico de 2022 logrará alcanzar el 88% del nivel de 2019 en el siguiente año. De esta manera, se cree que el ejercicio de 2022 volverá a ser “rentable” para una amplia mayoría del sector.
A pesar de las esperanzadoras cifras, el servicio de estudios pronostica un ‘gap’ apreciable con respecto al 2019 debido a que todavía la recuperación del sector está incompleta.
Además, el informe señala que el PIB turístico se situará en un 54% del nivel de 2019, creciendo un 55% anual. Sin embargo, se aprecia una gran diferencia entre el primer y segundo semestre, mientras el primero se sitúa en un 27% del nivel de 2019, el segundo está en torno al 74%.
Por su parte, CaixaBank Research espera una mejoría gradual para el sector del turismo de negocios durante el 2021 debido a la transformación digital realizada con motivo de la pandemia y que ha reducido la presencialidad.
El gasto doméstico en 2022 superará los niveles prepandemia
Para el próximo año, el informe establece que el gasto de los turistas nacionales se coloque en 33.000 millones, un 23% más que el año anterior, y supere los niveles prepandemia. Sin embargo, la incertidumbre que rodea a las previsiones es muy elevado debido a las variantes de la COVID-19.
En cuanto al turismo internacional, el gasto de los viajeros para el 2022 se situará en 73.000 millones de euros, un 120% más que en el año anterior.
La prolongación de los ERTE y los Fondos Europeos claves para la recuperación
El informe resalta que el papel de la política económica ha sido fundamental y debe continuar adaptándose de manera “rápida y ágil”. Del mismo modo, considera clave la extensión de los ERTE ante “una coyuntura más positiva, pero, a juzgar por la evolución de la pandemia a nivel global, aún inestable”.
Por último, se apunta al papel de los fondos europeos para sufragar inversiones en digitalización, sostenibilidad y mejora de las infraestructuras, que “son difícilmente asumibles por una industria turística muy dañada”.
