La mayoría de los clientes de hoteles (87%) reconoce haberse llevado cosas de las habitaciones cuando se han alojado, tal y como confirma un estudio elaborado por passport photo.online. En el mismo, además se afirma que los clientes alegaron, sobre todo, que el precio que pagó por el alojamiento justificaba la sustracción (30%) y razones sentimentales al objeto extraído (29%).
Otros de los motivos que se han alegado ha sido que lo han hecho porque “el hotel se lo puede permitir” (29%), porque “me da un subidón de picardía” (26%) o porque “creo que tengo algo de cleptómano” (24%).
Entre las generaciones, la gente más joven es la que menos objetos roba, ya que el índice se reduce hasta el 80% en el caso de los jóvenes de 25 años, mientras que los mayores de 55 años reconocen los robos en más del 90% de los casos. Además, los hombres roban más a menudo que las mujeres (89% frente al 84%, respectivamente).
A pesar de este gusto por lo ajeno, los encuestados también han tenido sorpresas al llevarse cosas, ya que el 80% afirma que les han pillado durante la sustracción, bien por compañeros de habitación o por el personal del hotel. Este indicador asciende hasta el 84% en el caso de los más jóvenes, pero en cambio tan solo el 62% de los mayores de 55 años han sido sorprendidos durante el robo.
En el ámbito de las consecuencias de estos actos, el 35% confiesa que le cobraron por los objetos robados, mientras que el 31% asume encontrarse en la lista negra del hotel. Además, en el 28% de los casos los clientes fueron demandados por el establecimiento. Igualmente, por tramos de edad, los más jóvenes son los que más se encuentran en las listas negras, mientras que los más mayores son los que más veces han sido demandados.
No obstante, la conciencia sigue presente en los huéspedes, que reconocen en un 84% arrepentirse de los actos cometidos. A pesar de ello, el 90% de las personas cuenta a su círculo cercano haberse llevado estos objetos.
Entre los fascículos más deseados por los clientes de los hoteles, los accesorios de baño son los más sustraídos (32%), como las toallas, la jabonera o la caja de pañuelos. Le siguen los artículos de baño (pasta de dientes, jabón y enjuague bucal, sobre todo) en un 27% de los casos, junto a los artículos de cama (mini almohada, cojín y reposacabezas) en un 25% de los casos. Los pequeños artículos, tales como los paraguas, los abrebotellas o la Biblia se quedan con un 22%, y las obras de arte o elementos de decoración, como libros, revistas o cestas, obtienen el 21%.
Además, la encuesta concluye asegurando que las notas de “prohibido robar” o “por favor, no robe” no persuaden a los clientes de evitarse llevar estos objetos, por lo que los mensajes en tonos más agresivos podrían ayudar más.