El jueves se celebró el Día Mundial de los Océanos, un hito impulsado por la Organización de Naciones Unidas (ONU) con el objetivo de proteger este ecosistema marino, y su secretario general, António Guterres, aprovechó la ocasión para una mayor acción en este sentido declarando que “el océano es la mayor reserva de biodiversidad de nuestro planeta”.
El jefe de la ONU ha lamentado que el cambio climático inducido por el hombre está calentando el planeta, alterando los patrones meteorológicos y las corrientes oceánicas, y alterando los ecosistemas marinos y las especies que viven en ellos.
Por ello, Guterres ha valorado también que el océano también produce recursos que sustentan las comunidades, la prosperidad y la salud.
En este papel de preservar y proteger los océanos tiene un papel importante el sector turístico y, en concreto, la industria de los cruceros, cuya actividad tiene un gran impacto en este entorno.
Avances en sostenibilidad
La Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA, en sus siglas en inglés) es una de las muchas organizaciones que está comprometida para llegar a cero emisiones netas de carbono a nivel global para 2050.
Recientemente, CLIA se ha unido como miembro a Rountable on Sustainable Biomaterials (RSB) con el objetivo principal de avanzar hacia una transición “justa y sostenible”.
Soluciones innovadoras
En este proceso, las navieras que forman parte de CLIA están explorando numerosas e innovadoras soluciones, entre las que se incluyen el uso de combustibles marinos sostenibles: el 75% de la flota ya podría utilizarlos si estuvieran disponibles a escala. La membresía de CLIA a la red de RSB se centrará en maximizar el acceso a su nueva plataforma para combustible marino sostenible.
Por otro lado, la Organización Marítima Internacional (OMI) designó el mar Mediterráneo como una Zona de Control de Emisiones de óxidos de azufre (SECA) a partir de mayo de 2025.
Esta designación del Mar Mediterráneo eventualmente reducirá las emisiones de estos gases en casi un 80% y también reducirá las emisiones de polvo fino nocivo (PM2.5) en casi una cuarta parte, con considerables beneficios para la salud humana y el medio ambiente.
Por tanto, a partir del 1 de mayo de 2025, los buques deberán utilizar combustible marino con contenido reducido de azufre, que caerá del límite actual de 0,5% a 0,1%.
Tratado de los océanos
Tras más de 15 años de negociaciones, los Estados miembros de la ONU llegaron en el mes de mayo a un acuerdo sobre un tratado de los océanos para proteger la alta mar y la biodiversidad de áreas fuera de la jurisdicción nacional.
El objetivo concreto es conservar y gestionar el 30% de la tierra y las zonas marinas y costeras para finales de la década, en 2030.
El tratado permitirá a la ONU adoptar medidas de conservación y uso sostenible, así como la realización de estudios de impacto ambiental en los espacios marítimos más allá de las zonas económicas exclusivas y las plataformas continentales de los Estados, según esgrime Naciones Unidas en un comunicado.
Impacto medioambiental
También obligará a realizar evaluaciones de impacto medioambiente de las actividades propuestas por los Estados en Alta Mar, además de que fomentará la creación de áreas marinas protegidas.
El texto debe ser ahora adoptado, firmado y ratificado por suficientes países, para que después, probablemente, se requiera su aprobación legislativa en la Asamblea General de la ONU.
El año pasado también se alcanzó un acuerdo histórico sobre las subvenciones a la pesca y se celebró la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos en Lisboa (Portugal), en la que el mundo acordó impulsar medidas más positivas, destacó la organización mundial en un comunicado.