Destinos

Los destinos abogan por una buena convivencia entre turistas y población local

Los alcaldes de San Sebastián, Palma, Úbeda y Gran Canaria analizaron en la III Convención de Turespaña los retos que hay por delante

28/10/2023

8:30 horas

Los municipios turísticos han establecido regulaciones para evitar un impacto negativo en la calidad de la vida de sus habitantes.

Los municipios turísticos han establecido regulaciones para evitar un impacto negativo en la calidad de la vida de sus habitantes.

Los destinos urbanos están trabajando para, por un lado, seguir siendo destinos auténticos y atractivos para los visitantes, pero, al mismo tiempo, que la actividad del sector no rompa con la convivencia vecinal y que ambos, turista y residente, puedan convivir en armonía y beneficiándose de forma mutua.

Para ver los pasos a seguir para alcanzar este objetivo, que forma parte de las claves de la sostenibilidad social turística, la III Convención de Turespaña, celebrada esta semana, organizó una mesa redonda en el que se habló del impacto del turismo en las comunidades receptoras.

Isabel Martín Benítez, subdirectora general de Gestión Económico-Administrativa y Tecnologías de la Información de Turespaña, introdujo la sesión explicando que esta era “la rama de la sostenibilidad que menos hemos estudiado y de la que menos datos hay”, aunque adelantó que, para el próximo año, el instituto realizaría un estudio al respecto.

Eneko Goia Laso, alcalde de San Sebastián, explicó que para conseguir una buena convivencia en el destino están buscando “cuidar el destino y atender a la población. Queremos que los que nos visiten ‘firmen un contrato’ para que se lleven mucho más que una experiencia visual y que entiendan nuestra forma de vivir, de pensar, actuar, y que formen parte de ello”, explicó el edil.

Carolina Darias considera que la proliferación de las viviendas turísticas es el gran problema para los habitantes de los destinos turísticos.

Así, y para intentar evitar las “situaciones negativas” que pueden venir de la mano de un turismo irrespetuoso con el entorno, han establecido una serie de regulaciones, entre otros, a las autocaravanas, además de en materia de vivienda. “Tenemos responsabilidades sobre lo que puede suponer una sobreoferta de viviendas turísticas sobre la demanda residencial. Por eso llevamos a cabo una serie de inspecciones para que se cumplan las normas”, explicó.

Además, detalló que la actual limitación a la creación de nuevos alojamientos en algunas zonas de la ciudad busca “evitar saturación en estas zonas. Ahora nos encontramos ante una moratoria que dará pie a una regulación definitiva, y buscará que no haya viviendas o parcelas residenciales que se usen para un fin distinto”, adelantó, con el objetivo de que los visitantes se alojen en otras zonas de la ciudad y los beneficios “se repartan entre otras zonas de la ciudad”.

Por su parte, Jaime Martínez Llabrés, alcalde de Palma, recordó que el 25% del turismo que llega a España pasa por la ciudad, por lo que se encuentran en la isla ante una situación “muy diferente a cualquier otro destino”. Para evitar la turismofobia, recalca que es necesaria una “gestión del destino desde el punto de vista municipal y local, trabajando en los servicios públicos para residentes y turistas, pero también gestionar todo aquello que genere una mala sensación en el local, como la seguridad o la limpieza”.

Además de recalcar la importante necesidad de coordinación entre administraciones, el edil afirmó que es necesario “hacer una reflexión importantísima” sobre el papel de los destinos maduros y trabajar para “rehabilitar” estos municipios, una labor pendiente de los actores públicos, señaló, ya que “el sector privado ha hecho ese trabajo, mejorando la calidad y competitividad”.

Martínez Llabrés destacó el papel de la tecnología para mejorar la eficiencia de los servicios públicos para la ciudadanía.

Entre los avances que se han dado en la capital balear, el alcalde destacó que ahora mismo trabajan con geoposicionamiento de los visitantes para la gestión de los flujos de movimiento de los visitantes, especialmente cuando coinciden “hasta tres y cuatro cruceros diarios, con más de 10.000 visitantes al día”. El objetivo es, según el alcalde, ir distribuyendo los servicios públicos por la ciudad según sean necesarios por la cantidad de gente presente en cada punto.

No obstante, a pesar de su trabajo, están viendo que “la percepción del turismo en general no es positiva” entre los palmesanos, algo que viene, fundamentalmente, por el problema del exceso de oferta de alquileres turísticos y la falta de soluciones habitacionales para los residentes. “Hay que vhablar de cómo podemos priorizar el acceso a la vivienda por parte del residente o del trabajador antes que al turista”, explicó Martínez. “Hay que encontrar un equilibrio y encarar la situación”, concluyó.

En Úbeda, presumen, no cuentan con este inconveniente, y es que el municipio Patrimonio de la Humanidad, que en últimos 20 años ha vivido su crecimiento turístico, lo ha hecho en todo momento “de forma sostenible”, presumió Antonia Olivares Martínez, alcaldesa de la localidad jienense.

“Cada proyecto se ha hecho de la mano de la sociedad ubetense, con al menos tres reuniones con cada colectivo”, desarrolló, manifestando que en dichos encuentros “se abordan sus inquietudes” para darles solución, generando un turismo en el que “todos vamos de común acuerdo y con la participación activa de los ciudadanos”, resumió.

Además, el municipio también ha desarrollado un amplio programa cultural, que sirve como incentivador turístico y, al mismo tiempo, dinamizador social de sus habitantes, donde hay “un amplio abanico de actividades, algunas internacionales, que viene organizada en un 70-75% por los colectivos culturales locales y con apoyo del Ayuntamiento”, presumió Olivares.

En Las Palmas de Gran Canaria, su alcaldesa, Carolina Darias, ve que “nos enfrentamos a retos comunes”, y por ello ve necesario que “avancemos hacia un turismo socialmente sostenible”, algo que depende de tres factores: “seguir siendo capaces de fidelizar turistas, de mejorar la calidad de vida de las ciudades y que entre ambos exista una relación especial y complementaria”.

El edil de San Sebastián quiere que los visitantes se lleven mucho más que una experiencia visual.

De hecho, en 2019 confirmó que nueve de cada diez habitantes “consideraban que el impacto turístico era tremendamente positivo, y de él dependía gran parte de la generación de riqueza y empleo”. No obstante, se mostraban atentos ante el impacto medioambiental de la actividad “y de la repercusión en la carestía en materia de vivienda, sobre todo”.

Uno de los factores que marcan la satisfacción de la población es la calidad de los empleos de las zonas turísticas. A este respecto, desde Gran Canaria “cuidamos” a los trabajadores, de la mano de “la reforma laboral, que ha hecho crecer los contratos indefinidos”, señaló Darias.

A vueltas con las viviendas turísticas

Uno de los factores que influyen de forma directa en la calidad de vida de las ciudades es la proliferación de la oferta de vivienda turística, con un impacto directo sobre el precio de los inmuebles, así como en la congestión de las zonas residenciales.

A este respecto, Isabel Martín señaló que “hay problemas en el control de las plataformas, con un impacto directo en la sociedad”, señaló.

Para mejorar la situación, San Sebastián analizó, ya por 2015, concluyeron que existían unas 1.700 viviendas que se promocionaban en plataformas online. No obstante, el edil de la ciudad manifiesta que “el problema no es de la plataforma, sino del propietario de la vivienda” que la destina para dicho uso, señalando que “es ahí donde hay que atacar”.

Por ello, en San Sebastián se aprobó “una ordenación que contempla una serie de posibilidades, con limitaciones, y después sujetamos la oferta disponible a la existencia de licencia de actividad”, consiguiendo además “una tributación más justa”. No obstante, para que la medida de resultado, confirma que “hace falta hacer un seguimiento, llevar un control, ejecutar cierres y multas”.

La alcaldesa de Úbeda no siente que las viviendas turísticas se hayan convertido de momento en un problema en su municipio.

En Palma, recuerda su alcalde que el alojamiento turístico se limitó en 2012, pero en 2015 se desreguló, lo que “ha dado lugar a más de 100.000 plazas de alquiler turístico en los últimos años”, sin tener en cuenta la oferta ilegal. Ante esto, ven que “hay una falta de vivienda claro” para residentes y trabajadores, y ven que la “la solución a corto y medio plazo es incentivar el alquiler de larga duración, ofreciendo seguridad jurídica y avales”, señaló.

El exceso de oferta de alquileres turísticos “no es un problema de momento” en Úbeda, presumió su alcaldesa, señalando que, para intentar evitar que se concentre la oferta en el casco histórico del municipio, han decidido “mantener los servicios” en la zona, sin deslocalizarlos, “facilitando la vida” a los que allí residen, además de haber introducido “limitaciones o restricciones a la hora de abrir viviendas turísticas”.

Finalmente, Carolina Darias ve que esta cuestión “es la gran dificultad” a la que se enfrentan los municipios turísticos, y aboga por crear “un marco normativo común que se pueda adaptar a cada ciudad”. En el caso de Las Palmas de Gran Canaria, dentro de su plan general de ordenación urbana “se establecen requisitos” para crear este tipo de alojamientos, pero confirman que, a pesar de ello, necesitan mecanismos para “ordenar y atajar” su proliferación.

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