La compañía Iberia ha advertido a sus empleados mediante una carta de que, ante la situación de “verdadera emergencia” en la que se encuentra la compañía con unas pérdidas operativas de casi 1,5 millones de euros al día, está ultimando “un plan de acción”, que afectará “al tamaño de la compañía, a las condiciones laborales de todos los empleados y al volumen de empleo”.
En una carta dirigida a los trabajadores el consejero delegado de Iberia, Rafael Sánchez-Lozano, explica que en el primer semestre del año se han registrado unas pérdidas operativas de 263 millones de euros, “el salario del 40% de la plantilla, o el combustible de cada día para un cuarto de la flota”.
Según la empresa estas pérdidas sitúan a la compañía en una situación de “verdadera emergencia” y obligan a abordar un proceso de cambio profundo “sin más demora para sobrevivir ahora, y para ser capaces de construir una empresa mejor, que tenga continuidad en el futuro más próximo”.
En la carta remitida a los trabajadores se recuerda que en los últimos meses se ha vivido un recorte generalizado de gastos e inversiones, y que estas medidas “suman, pero es obvio que no son suficientes”.
En busca de alternativas de viabilidad
La empresa asegura que se encuentra frente a dos retos: la falta de competitividad en un entorno de cambios radicales y la situación de la economía española, donde se obtiene el 40% de los ingresos de la compañía.
“El paro, la crisis económica, los recortes de gasto, la falta de crédito y su encarecimiento, las quiebras de empresas, todo ello tiene su efecto directo o indirecto en nuestra capacidad de generar ingresos”, explica el consejero delegado.
Por todo ello la empresa considera imprescindible “buscar alternativas de viabilidad” y en este sentido anuncia un “plan de acción” que darán a conocer “en las próximas fechas” que profundice en todas las medidas que han ido tomando en los últimos meses “para dar la vuelta a la situación de pérdidas”.
“Plan de acción que exigirá importantes sacrificios por parte de todos nosotros, no muy distintos de los que está asumiendo en estos momentos la sociedad española, tanto individual como colectivamente”, reconoce el consejero delegado que advierte que el esfuerzo necesario a corto plazo afectará al tamaño de la compañía, a las condiciones laborales de todos los empleados así como al volumen de empleo.
Problemas profundos y estructurales
El ‘holding’ resultante de la fusión Iberia-British, IAG, registró en el primer semestre unas pérdidas de 231 millones de euros frente a ganancias de 98 millones en el mismo periodo del ejercicio anterior, según ha informado la compañía en un comunicado, que precisa que estas cifras excluyen 21 días de Iberia previos a la fusión.
La cifra de negocio semestral del grupo alcanzó los 8.532 millones de euros, lo que representa una mejora del 13,2% con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior, cuando ingresó 7.537 millones.
El consejero delegado del grupo, Willie Walsh, ha destacado que los problemas de Iberia son “profundos y estructurales” y el entorno económico refuerza la necesidad de un cambio estructural permanente. “En estos momentos estamos trabajando en un plan de reestructuración para Iberia, que anticipamos estará finalizado a finales de septiembre”, ha subrayado.
“Es probable que éste incluya la reducción de tamaño a corto plazo, la remodelación de la red con el fin de alcanzar unos mayores ingresos unitarios y una reevaluación de todos los aspectos del negocio para obtener una base de costes competitiva y un servicio que permita conseguir un crecimiento rentable a largo plazo. Inevitablemente, no vamos a ser capaces de evitar la pérdida de empleos como parte de este proceso”, ha señalado.