Parte del personal de Feve se incorporará a Renfe.
La compañía Renfe asumirá en 2013 pérdidas de unos 80 millones de euros correspondientes a los servicios y activos que recibirá de Feve, operador ferroviario de vía estrecha que se extinguirá antes de que concluya este año mediante su segregación y el reparto de sus activos y servicios entre la empresa ferroviaria y Adif.
Este impacto llevará a Renfe a cerrar el próximo ejercicio con ‘números rojos’ de 172 millones de euros, según informó el presidente de la compañía Julio Gómez-Pomar.
La integración de la división también obligará al operador ferroviario estatal a incorporar en 2013 una deuda de 130 millones de euros vinculada a los activos que recibirá de esta compañía en vía de extinción. “Feve está en una situación financiera complicada, y Adif y Renfe aportarán sus recursos para mejorarla”, aseguró Gómez-Pomar.
No obstante, el presidente de Renfe destacó que previamente, en 2012, esta compañía cerrará el ejercicio con la primera reducción anual de endeudamiento desde que se constituyó como operadora en 2005.
En concreto, Renfe prevé concluir este año con una deuda de 5.004 millones de euros, un 4,2% inferior respecto a la que soportaba al cierre de 2011, según detalló Gómez-Pomar durante su comparecencia en la Comisión de Fomento del Congreso. “Será así el primer ejercicio que la compañía cierre con descenso de deuda desde su constitución”, destacó.
En 2005, con ocasión del inicio de la liberalización ferroviaria y la segregación del antiguo monopolio público Renfe en dos empresas, Renfe Operadora (gestora del servicio de transporte) y Adif (titular y gestor de las líneas de tren y estaciones), el Gobierno de entonces llevó a cabo un saneamiento del endeudamiento que sumaba el sistema ferroviario.
Pese a todo ello, el presidente de Renfe manifestó su confianza en que la integración de Feve generará sinergias, gracias a la racionalización de servicios y a las economías de escala.
Así, contribuirá a que la cifra de negocio de Renfe crezca un 6% el próximo año, hasta sumar 2.168 millones de euros, de los que 34 millones provendrán de la prestación de servicios de vía estrecha que actualmente gestiona Feve. El beneficio bruto de explotación (Ebitda), de su lado, será positivo en 281 millones de euros, si bien este importe incluye los montos que recibe de las administraciones en pago por los servicios públicos que presta.
Política de ajuste
En cuanto al descenso de deuda previsto en Renfe para 2012, su presidente la achacó al “importante esfuerzo de reducción de gastos y mejora de eficiencia” que ha puesto en marcha en la compañía.
En el marco de este “política de ajuste”, Gómez Pomar aseguró que en 2013 la única partida que crecerá será el pago de cánones a Adif por utilización de líneas de tren y estaciones, “que registrará un aumento muy significativo”.
En cuanto a la inversión, se reducirá en un 18% el próximo año, hasta situarse en 244 millones de euros. Gran parte de este monto se destinará además a pagar las correspondientes anualidades de los trenes AVE comprados en los últimos años y que aún están pendientes de abonar.
En la misma línea, detalló que se ha puesto en marcha un Comité de Consulta de Compras e Inversiones “por la que pasan todas las operaciones de este tipo”, y se han renegociado todos los contratos vigentes.
Asimismo, explicó que, en cumplimiento con el plan de racionalización del sector público aprobado por el Gobierno, Renfe ya ha desinvertido en cinco sociedades participadas y está a punto de hacerlo en otras tres. Además, se ha ajustado la estructura directiva de la compañía y se “congelado” la retribución salarial y las incorporaciones de nuevos trabajadores.
2013, año complicado
En este sentido, rechazó que la incorporación a Renfe de parte del personal de Feve “vaya a tener algún efecto en estos trabajadores”. “Las decisiones que se tuvieran que tomar en el futuro sobre una eventual racionalización del personal de la compañía se abordarán con la división ya integrada”, indicó.
En su intervención en la Cámara Baja, el presidente de Renfe reconoció que 2013 “será un año complicado”, no sólo por la incorporación de Feve, también por la segregación de la propia Renfe en cuatro empresas y por la apertura a la competencia del transporte de viajeros en tren prevista para el 30 de julio.
“El sistema ferroviario deberá demostrar que es capaz de gestionar este cambio no sólo sin afectar al viajeros, sino procurando una mejora de los servicios que se le presta”, afirmó Gómez-Pomar, quien además aseguró que la liberalización no supone un “riesgo”, sino una “oportunidad” que se traducirá en “mejores precios y servicios para los ciudadanos” tal como, a su juicio, demuestran procesos similares realizados en otros sectores.
