El Gobierno italiano ha anunciado que comenzará a limitar de forma inmediata el acceso de grandes buques de crucero a la laguna de Venecia y que los barcos de más de 96.000 toneladas estarán prohibidos a partir de noviembre del próximo año.
Las protestas por los habitantes de Venecia y ecologistas preocupados por el daño provocado por el creciente tráfico de cruceros en la frágil ciudad, uno de los destinos turísticos más populares del mundo, han ido en aumento en los últimos años.
El primer ministro italiano, Enrico Letta, se reunió el martes con los ministros de Transporte y Cultura, así como el gobernador de la región del Veneto, donde está la ciudad, y el alcalde de Venecia y ha aprobado planes para limitar o cerrar el tráfico a cruceros en algunas zonas de la laguna de Venecia y cerca de la célebre plaza de San Marco.
“Finalmente la tendencia de cada vez más barcos gigantes en la laguna se ha revertido”, ha celebrado el alcalde de la ciudad, Giorgio Orsoni, en un comunicado. “Ya hemos tenido suficiente con estos megacruceros a solo unos metros de San Marco, a partir de ahora habrá límites claros sobre el tamaño de los barcos que pueden entrar en Venecia”, ha subrayado.
Los grandes cruceros no podrán pasar por el canal entre la isla principal de la ciudad y la isla de la Giudecca en la laguna, mientras que se está construyendo un nuevo canal de acceso con la principal terminal de barcos.
Desde enero de 2014, el tráfico de cruceros por delante de la plaza de San Marco en el corazón de la ciudad estará limitado y solo se permitirá a un cierto número de cruceros de más de 40.000 toneladas cruzar el canal de la Giudecca. La cifra será un 20% inferior a la que había en 2012.
Además, a partir de noviembre del próximo año, los barcos de más de 96.000 toneladas tendrán completamente prohibido cruzar el citado canal.