El Índice UAB insta a Cataluña a dirigirse a los mercados emergentes, aunque sin descuidar los tradicionales. En la imagen, Parque Güell (Barcelona).
Un total de 16,2 millones de turistas extranjeros visitarán este año Cataluña, lo que supone un 4,3% más respecto a 2013, gracias, en parte, a la mejora de la demanda de los países del norte de Europa, según el Índice de Actividad Turística elaborado por la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). Los visitantes de la comunidad harán un gasto de 14.459 millones de euros, un 7,9% más.
Según el informe, presentado este jueves en rueda de prensa, augura un crecimiento del número de turistas y de pernoctaciones de todos los mercados emisores, pero sobre todo de algunos mercados tradicionales –países de la Unión Europea–, mientras que los mercados emergentes –europeos del este, asiáticos y americanos– seguirán creciendo pero a un ritmo menos pronunciado que el año pasado.
Destaca el crecimiento de los turistas británicos, que el informe augura que alcance el 9%; los alemanes, con un incremento del 5,1%, y los turistas procedentes de los países nórdicos, que está previsto que crezcan un 7%.
El Índice UAB incluye un anexo sobre el papel del sector en la economía catalana durante el periodo 2009-2013, que indica que los subsectores turísticos han tenido un comportamiento mejor que la economía catalana general, con aumentos netos en las cifras de cotizadores a la Seguridad Social, aunque a costa de un aumento de la temporalidad.
Reducir la estacionalidad
El índice concluye que debería reducirse la estacionalidad, lo que pasaría por un aumento en el peso del mercado nacional y por activar políticas de reducción de la estacionalidad del mercado extranjero, particularmente en zonas como la Costa Daurada.
Recomienda avanzar en la distribución temporal de los flujos porque si el aumento de los indicadores –número de turistas, gasto o pernoctaciones– sigue situándose en los meses o semanas centrales del año, “no será sostenible”, lo que urge una estrategia integral de destinos, productos, precios y mercados.
El estudio concluye que conviene atraer visitantes que no vienen habitualmente, que no consumen turismo de ‘sol y playa’, sobre todo en temporada baja, con lo que las políticas de promoción pública y privada deberían dirigirse con este objetivo a los mercados emergentes, aunque sin descuidar los tradicionales.
Turismo de juego
El Índice de 2014 incluye también un monográfico sobre el turismo del juego, en vistas del crecimiento que está experimentando en los últimos años el sector de los casinos, y concluye que los impactos económicos positivos de esta actividad se producen de forma más clara cuando estas inversiones están relacionadas con el turismo.
En cuanto a los impactos sociales y medioambientales, el estudio indica que las percepciones del turismo del juego son menos críticas cuando los ‘megaresorts’ están situados o se plantea situarlos en zonas turísticas, por lo que concluye que las inversiones del juego, por tanto, deben estar relacionadas con la actividad turística también desde el punto de vista social y medioambiental.
