Aerolíneas

Un grupo empresarial planea construir un segundo aeropuerto en Madrid para 2023

El proyecto, que contará con una inversión inicial de 148 millones, se basa en la ampliación del aeródromo Casarrubios-Álamo, limítrofe con Castilla-La Mancha

Publicada 17/10/2018

13:11 horas

 - Actualizada 18/10/2018

8:33 horas

Vista aérea del aeródromo de Casarrubios.

Vista aérea del aeródromo de Casarrubios.

La empresa Air City Madrid Sur impulsa un proyecto para construir un segundo aeropuerto comercial en la Comunidad de Madrid, que podría estar operativo en 2023, mediante una inversión inicial de 148 millones de euros y basado en la ampliación del aeródromo Casarrubios-Álamo, zona limítrofe también con Castilla-La Mancha.

El consejero delegado de Air City Madrid ha asegurado en declaraciones a Europa Press que la creación de un segundo aeropuerto en la Comunidad de Madrid podría estar operativo en el año 2023 si obtienen las autorizaciones y trámites pertinentes, una infraestructura que además incrementaría el PIB regional en un 2%.

Ruedas también ha asegurado que todas las compañías con las que han contactado para explicar esta iniciativa “quieren que el nuevo aeropuerto sea una realidad” y “aprovechar” el potencial de crecimiento de viajeros y actividad. “Hay una oportunidad enorme para crecer”, ha apostillado.

Respecto a la tramitación del proyecto, el consejero delegado de la compañía ha recordado que todos los aeropuertos requieren de la certificación de la autoridad competente, que en este caso corresponde al Ministerio de Fomento.

No obstante, ha subrayado que este proyecto se difiere de otros al basarse en una “infraestructura que ya existe” en lugar de “crear un aeropuerto nuevo” mediante el incremento de capacidad de un aeródromo que cuenta con licencia desde 1996 y con compatibilidad de actividad aérea validada.

Ahora, se ha presentado este proyecto para acoger vuelos comerciales, para lo cual se requiere, por ejemplo, la ampliación de pista que sea apta de cara a la operativa de este tipo aeronaves con gran capacidad de pasaje.

Creación de 5.600 empleos directos

Los cálculos de Air City Madrid Sur consisten en superar los trámites administrativos, entre los que se incluye la Declaración de Impacto Ambiental, en un par de años e iniciar las obras de construcción en el horizonte de 2020, trabajos que durarían entre dos y tres años. Con ello, y en una previsión “conservadora”, el nuevo aeropuerto estaría operativo en el 2023.

Según informa la propia compañía, el proyecto constructivo contempla una pista principal de 3.200 metros, una terminal de 15.000 metros cuadrados en su primera fase con 6 millones de pasajeros al año y servicios aeroportuarios complementarios, con más de 50.000 metros cuadrados para mantenimiento de aeronaves y hangares.

El emplazamiento está muy próximo al fallido proyecto de aeródromo en la localidad de El Álamo que se trató de impulsar desde el Ejecutivo regional que presidió Ignacio González con la intención de que fuera operativo en 2018. Sin embargo, la iniciativa que también se contemplaba mediante inversión privada no se fraguó finalmente.

Además, el impacto de la creación de 5.600 empleos directos y 13.300 empleos indirectos en los primeros diez años de implantación. A su vez, el potencial de desarrollo industrial anexo al proyecto con 2,5 millones de metros cuadrados “llevará aparejada” una inversión de 1.800 millones de euros y dará lugar a 32.500 empleos directos. Sólo en la fase constructiva se prevé la generación de 12.500 puestos de trabajo.

Ampliación del aeródromo privado

Air City Madrid Sur considera que un segundo aeropuerto comercial “garantizará la comunicación aérea del centro del país ante los retos de crecimiento y competencia a los que se enfrenta el sector en los próximos años”. Para ello, optan por ampliar el aeródromo privado de Casarrubios-Álamo, que ahora es el que más números de vuelos opera.

La ubicación, según la empresa, ofrece varias ventajas por su cercanía a Madrid, la orografía del terreno, la “mínima afectación” al entorno y las comunicaciones terrestres con infraestructuras como la A-5 y la R-5, que dan acceso al aeródromo y conexiones a la A-42 y la A-4 a través de la CM-41 (Autovía de La Sagra). Una red ya completada que “no requiere inversión pública adicional”.

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