El ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha informado este viernes de que todos los viajeros que lleguen a España desde el próximo domingo serán sometidos a tres “controles primarios” antes de acceder al país.
En concreto, los viajeros deberán rellenar un documento con los datos de localización y con información sobre si han pasado la enfermedad de la COVID-19. Además, deberán pasar un control de temperatura y otro visual. Si el pasajero no supera uno de los tres controles “será examinado por un médico”.
“A partir de ahí, en función del diagnóstico, será derivado a los servicios asistenciales de la comunidad autónoma”, ha explicado el ministro en rueda de prensa este viernes.
Refuerzo de la Sanidad Exterior
Para implementar este triple control, Illa ha detallado que se han reforzado los servicios de Sanidad Exterior. A las 600 personas destinadas a ello, de los que “150 son médicos y enfermeros”, se suma ahora un “primer contingente de 100 personas”, aunque ha asegurado que el número podría elevarse “conforme sea necesario”.
“Habrá un número suficiente de personal para someter a todos los viajeros a los tres controles primarios” ha asegurado Illa, quien ha descartado hacer pruebas PCR “masivas” a todas las personas que lleguen al país.
No obstante, ha asegurado que estas pruebas se van a hacer a las personas que presenten síntomas o a aquellas que considere oportuno el personal sanitario, conforme a los protocolos. “Damos por sentado que las personas que presenten síntomas no van a viajar”, ha recalcado el ministro.
Prueba del corredor turístico de Baleares
Sobre los brotes en Alemania conocidos esta semana, el ministro no cree que pongan en riesgo la prueba piloto del corredor turístico de Baleares ni la decisión de abrir las fronteras a partir del domingo a los países del Espacio Schengen y de la Unión Europea.
De darse un brote que afecte a turistas que estén visitando España, Illa ha explicado que existen disposiciones de salud pública en las comunidades autónomas para contenerlo, como medidas de aislamiento, tal y como sucedió en un hotel de Adeje (Tenerife) a finales de febrero.