El Gobierno de Reino Unido ha anunciado que el 15 de febrero entra en vigor la orden de cuarentena obligatoria en hoteles por diez días para los viajeros llegados de más de 30 países considerados zonas de riesgo por la incidencia del coronavirus.
El Ministerio de Salud ha confirmado el inicio de la medida que afectará a personas que lleguen a territorio británico desde países de América del Sur, el sur de África, Emiratos Árabes Unidos y Portugal, que se encuentran ya en una ‘lista roja’ por la pandemia, informa Sky News.
Esta orden está dirigida principalmente a ciudadanos británicos que regresen al país ya que la entrada de no residentes desde estos países ya está prohibida.
Para llevar a cabo la medida, se pedirá a propietarios de hoteles que proporcionen habitaciones a más de 1.000 personas nuevas cada día, quienes tendrán que permanecer aisladas diez días, sin compañía y vigilados para que no salgan al exterior.
“La seguridad acompañará a cualquiera de las personas que accedan al exterior en caso de necesitar fumar o tomar aire fresco”, señala un documento de la orden al que ha tenido acceso BBC.
La medida supondrá un coste de cerca de 80 libras por noche y persona en los hoteles que se espera que se establezcan “de forma exclusiva” y cerca de los aeropuertos de Heathrow, Gatwick, Londres, Birmingham, Bristol, Manchester, Edimburgo, Glasgow y Aberdeen.
Críticas desde la oposición
Desde el Ministerio de Salud han señalado que este jueves ya se han enviado propuestas a establecimiento hoteleros cerca de puertos aéreos y marítimos, por lo que se espera que la próxima semana se defina con más detalles cómo se podrán reservar las plazas.
El primer ministro, Boris Johnson, anunció esta medida a finales de enero y el retraso en su puesta en marcha ha generado críticas por distintas partes. En concreto, el responsable de Interior de la oposición laborista, Nick Thomas-Symonds, ha lamentado que la cuarentena en hoteles “entrará en vigor más de 50 días después del descubrimiento de la cepa sudafricana, cuando se está en “una carrera contra el tiempo para proteger las fronteras contra las nuevas variantes”.
Por su parte, el Ministerio de Salud ha indicado que estaba trabajado al ritmo necesario para asegurar las instalaciones.