El consejero delegado de Meliá Hotels International, Gabriel Escarrer, se ha mostrado “optimista”, pero desde “la máxima prudencia”, para conseguir una recuperación en V, con una plena recuperación del segmento vacacional este año y, a nivel global, en 2023.
Así lo ha manifestado en la presentación de las perspectivas de la hotelera para la temporada de 2022, en la que ha señalado que tras los primeros 45 días del año, “devastados por la variante ómicron”, ya se observa una fuerte curva ascendente, impulsada por “las ganas de viajar”.
Los ingresos de la compañía crecieron un 255% con respecto a 2021 y el Ebitda un 144%.
También destacó que la compañía ha tenido una Semana Santa histórica en los hoteles vacacionales españoles, con mejoras en ocupación y tarifa media, consiguiendo superar por primera vez el RevPar de 2019.
En este periodo de tiempo, España y Europa concentraron el 85% de las ventas totales, de las cuales el 47% correspondieron a establecimientos vacacionales de nuestro país.
En cuanto a las perspectivas por segmento, la hotelera mallorquina en vacacional mantiene la tendencia positiva para mejorar 2019.
Por lo que se refiere al urbano, estima un retroceso del 13% con respecto a las cifras prepandemia debido a que “la recuperación de la actividad de congresos se ha demorado más”. Sin embargo, apunta que hay una “posible revisión al alza”.
En cuanto a canales de venta de Melía, casi todos superarán las cifras prepandemia en 2022, excepto las OTAs, que estarán al mismo nivel: Melia.com (+5%), MeliaPRO (+6%) y Turoperación (+3%).
En cuanto a la temporada de verano, Escarrer ha destacado que España será el “destino-refugio por excelencia” como consecuencia de la guerra en Ucrania y que su segmento vacacional mejorará los ingresos de 2019.
También ha señalado que países como Italia, Grecia, Turquía y Francia serán los principales destinos vacacionales de este año.
Dentro de España, por volumen de negocio para la temporada de verano, la hotelera prevé que Baleares registrará un 2% menos que el mismo periodo de 2019 por la menor ocupación, mientras que Canarias y las zonas de costa alcanzarán un 3% más que el nivel prepandemia.
Falta de un PERTE turístico
Por otro lado, Escarrer ha criticado la baja cuantía del Plan de Modernización y Competitividad Turística, que se apoya en los fondos europeos y está dotado de 3.400 millones de euros, y la inexistencia de un PERTE para el sector.
“Cuesta entender que haya unos 11 PERTE, pero no haya ninguno específico para el sector”, lamenta.
Sobre el plan del Gobierno, ha señalado que los 3.400 millones son una cantidad “relevante” para el sector, pero “están muy lejos de la contribución que hace el sector turístico al país”, el 12,6% del PIB nacional.
También ha manifestado la “imperiosa” necesidad de la colaboración público-privada en el uso de los fondos europeos, debido, entre otros problemas, al incremento de costes en energía y materias primas, con dificultad de trasladarlo a los precios para las empresas más intermedidas.
Según Escarrer, los efectos de la guerra en Ucrania han tenido un impacto “marginal” en España, aunque ha afirmado que ha agravado los niveles de inflación en todos los sectores.
Sobre la variante ómicron, ha manifestado que ha tenido un impacto “considerable” a nivel mundial, dándose “más en Europa entre diciembre y enero, mientras que en Estados Unidos fue dos o tres semanas más tarde”.
Sin embargo, también ha valorado que “el sector ha aprendido a convivir con la COVID-19 con la precaución adecauda”, pero eso ha provocado que “estemos volviendo a cierta normalidad”.