Cerca de la mitad de los españoles que utilizan sus coches para viajes de negocios los revisan solo cuando pasan la ITV, poniendo en riesgo la seguridad de los empleados. Es una de las principales conclusiones del estudio realizado en España por Enterprise Holdings sobre el uso del vehículo particular en el ámbito laboral tanto en el sector público como privado, que pone sobre la mesa que la seguridad y el mantenimiento de los vehículos exigen a las empresas revisar su política de viajes para sus empleados.
Más de un tercio (36%) de los conductores entrevistados admite haber tenido algún tipo de incidente durante un viaje de negocios en su propio vehículo: desde no poder alcanzar su destino final por una avería hasta llegar tarde a una reunión por una reparación o quedarse “tirado” en el arcén.
Asimismo, la encuesta revela que solo un 18% realiza con frecuencia las comprobaciones básicas de mantenimiento del vehículo (niveles de aceite y refrigerante, presión de los neumáticos, etc.) y lo hace sin la ayuda de un profesional.
En cuanto a la antigüedad de la flota de los empleados, más de la mitad de los encuestados (54%) asegura tener un coche de cinco o más años, y solo el 2% afirma que su coche tiene menos de 12 meses, lo que indica que una alta proporción de esos vehículos necesita pasar actualmente la Inspección Técnica de Vehículos.
Falta de alternativas en la empresa
Otro de los resultados más destacados del estudio de Enterprise Holdings es que el 61,1% de los conductores de viajes de negocios indicó que elige su propio coche para realizar más de la mitad de sus desplazamientos profesionales, mientras que el 21% lo utiliza para su totalidad. Los motivos principales que apuntan son, entre otros, comodidad (41%), conveniencia (37%), más seguridad y limpieza (25%).
Esta decisión a favor del coche particular prevaleció de nuevo cuando fueron preguntados por los métodos de transporte que tenían en mente utilizar en alguno de sus viajes de negocios en los próximos 12 meses. El vehículo propio se situó a la cabeza con un 92%, frente a otros como el tren y el avión.
Asimismo, a la hora de planificar un viaje de negocios y el modo de transporte, entre los factores que más se tienen en cuenta, de las múltiples respuestas a elegir, están: la distancia (70%) y la duración del viaje (61%), seguido del coste (58%). Por el contrario, el impacto medioambiental (19%) y la comodidad (23%) son las que menos se toman en consideración.
Cambios en las tendencias de los viajes de negocios
El panorama de los viajes de empresa está evolucionando. Muestra de ello es que el 41% de las personas encuestadas consideran ahora su desplazamiento diario a su puesto de trabajo como un viaje de negocios. Esto indica la necesidad de que las empresas revisen sus políticas actuales para garantizar que están logrando eficiencias en costes y reducción del kilometraje para recortar las emisiones de carbono. El hecho de que los empleados trabajen en diferentes lugares y a diferentes horas supone una oportunidad para introducir modelos más eficaces de viajes de negocios.
Gerardo Gómez, director de ventas corporativas y agencias de viajes de Enterprise Holdings, afirma que “a medida que aumentan los viajes de empresa, también lo hace el coste de la automoción. Dado que la seguridad ocupa un lugar destacado en la agenda de los viajes de negocios, es importante escuchar las inquietudes que los empleados plantean en torno al aumento de los costes del mantenimiento de un vehículo. Los planes actuales de reembolso por kilómetro están anticuados y no han cambiado en los últimos diez años, a pesar de que la economía ha cambiado drásticamente”.