La capacidad para recolectar y analizar los datos de los turistas ha aumentado exponencialmente en los últimos años, pero pese a que el big data suena cada vez más en los círculos congresuales, políticos y empresarios aún tienen camino por recorrer para sacarles el máximo provecho, según se desprende del debate mantenido entre Rafael Fuentes (Turismo Costa del Sol) y Pablo Llinares (Turismo Gran Canaria) sobre los retos del Open Data en el TIS2022 este noviembre en Sevilla.
Rafael Fuentes, director del Área de Inteligencia Turística de la Costa del Sol, comenzó argumentando a favor de la importancia del conocimiento, y de lo necesario que resulta para los destinos turísticos en España, sobre todo a nivel local. Según estimaciones de Fuentes, la inversión en inteligencia turística que se está realizando de media por provincia en España es de 150.000 euros, y esto “tirando para arriba”, ya que en realidad, en la “inmensa mayoría de provincias no llegan a los 7.000 euros”, lamentó el directivo.
Esto supone que de los beneficios generados por la actividad del turismo solo se reinvierte un 0,007% en inteligencia turística. “Hay un discurso político, hasta técnico, de que hay que apostar por la inteligencia en todos los congresos, big data, pero la realidad es el 0,007% en el mejor de los casos”, achacó Fuentes.
En este marco, Fuentes aseguró que el Observatorio de Inteligencia Turística de la Costa del Sol, creado en 1993, fue “el primer Observatorio Turístico del mundo”. Al revés de como ocurriría en el pasado, a día de hoy, según explicó Fuentes, “son los empresarios turísticos de la Costa del Sol los que nos piden que tengamos más presupuesto para generar más inteligencia turística porque para ellos es fundamental”.
“Siempre he ido pordioseando dinero para hacer encuestas en el Observatorio y era muy difícil”, lamentó Fuentes, asegurando que ahora los empresarios les tienen en cuenta y se interesan por los datos que aportan. “Somos el primer destino turístico inteligente acreditado multimunicipal, y estamos ahora pensando en el metaverso”.
Entrando más al detalle sobre la plataforma de inteligencia de la Costa del Sol, Fuentes explicó que “tenemos datos municipalizados, datos de lo que ha pasado, de lo que está pasando y de lo que va a pasar, y de datos a nivel de las tendencias y previsiones”. Por tanto, no se trata de un archivo histórico como pudiera ser el Observatorio, sino que lo que se estudia es también el mercado, establecimientos, actividades, empresas, empleos, previsiones, llegadas, etc, y todo con una única salida. Todo ello “no hecho por una consultora internacional, sino por nosotros”, indicó.
Así, Fuentes indicó que a día de hoy, lo que más interesa son los informes de tendencias y previsiones, ya que los empresarios no quieren una cascada de datos, sino hechos concretos.
Fuentes explicó que “tenemos datos municipalizados, datos de lo que ha pasado, de lo que está pasando y de lo que va a pasar, y de datos a nivel de las tendencias y previsiones”.
Finalmente, enumerando los que considera como grandes retos a este respecto, Fuentes indicó que en la región, a su sector privado no le preocupa lo que está ocurriendo en España, sino lo que está pasando en su municipio. Por tanto, no se trata de tener el mayor número de datos, sino de tener los datos que importan. Por otro lado, hay que “recorrer la provincia” para explicar por todos los municipios, uno por uno, qué es el big data y cómo pueden rentabilizarlo. Asimismo, Fuentes criticó la falta de equipos técnicos en gran parte del territorio nacional, así como una escasez de financiación sostenible a largo plazo.
Interés en el futuro a corto plazo
Por su parte, Pablo Llinares, director gerente de Turismo Gran Canaria, aseguró que la forma en que la pandemia había cambiado el análisis de datos es “en la respuesta y necesidad del sector”. Antes de la pandemia éramos más de “contar lo que pasó”, y eso “está bien”, pero “lo que vimos después de la pandemia al sector privado lo que interesaba era el futuro a corto plazo”.
Llinares también hizo hincapié en generar un equipo de trabajo eficiente, de manera que no se malgasten recursos a la hora de realizar esta tarea de análisis, además de enfatizar en la formación y la educación para que el gran valor de los datos no se pierda y pueda ser comprendido y aprovechado por empresas e instituciones.
Hablando de los retos del Open Data, Llinares concluyó que lo más vital es conocer bien “el para qué y para quién” del análisis de datos.
Discusión sobre el uso que las localidades hacen de los datos
Ya iniciado el coloquio tras las presentaciones de ambos ponentes, Llinares lamentó no ver “mucho interés en el dato” por parte de los empresarios, que van más al día a día. Llinares y Fuentes discreparon acerca del tema de la relevancia de los datos segmentados por municipios, en tanto que Llinares criticó la falta de interés o uso real por parte de algunos municipios, más allá de que el alcalde pueda hacer una nota de prensa más ilustrada.
Frente a esto, Fuentes reveló la gravedad de que, por ejemplo, “hasta hace un año y pico, Torremolinos no sabía cuántas plazas de hoteles de cuatro estrellas tenía, ni qué mercado era el más relevante”, y ahora, “mensualmente lo sabe”, y lo saben tanto el sector público como el privado.
Llinares replicó que, en cuanto a gestión del territorio, estos datos son realmente valiosos, pero que a nivel de gestión política, al final cuesta que los datos reviertan en acciones reales sobre los municipios. Fuentes se mostró de acuerdo en que estos datos están “infrautilizados”, y que “hay un exceso de información” pero argumentó que sigue siendo imprescindible hacer pedagogía sobre lo local y poder entregar datos que arrojen información y conocimiento y que sirve posteriormente a los técnicos que toman decisiones.