Enrique Martínez Marín confirma que “nos encontramos en un camino de largo recorrido que no tiene marcha atrás”.
El sector turístico se encuentra en un proceso de transformación digital al igual que el resto de los sectores de la economía, pero en los últimos años este cambio está siendo mucho más intenso, ya que el turista cada vez es más digital y es necesario que el sector se adapte para dar respuesta a sus necesidades y satisfacer mejor la demanda.
Para ponernos en contexto, cabe destacar que el nivel de digitalización es muy diferente dependiendo del tamaño de las empresas, y, en el caso de las pymes turísticas, que representan más del 98% del sector, este nivel se sitúa próximo al 32%.
Dentro de las empresas hay ámbitos donde la digitalización está más presente como la comercialización y el marketing, mientras que en los procesos internos todavía hay un largo camino por recorrer, según se pone de manifiesto en el primer estudio sobre nivel de digitalización de las pymes elaborado por Segittur en colaboración con KPMG en 2021.
Si el análisis del nivel de digitalización lo detallamos por subsectores, el informe revela que las pymes dedicadas al alquiler de vehículos son las más avanzadas con un 35,50%, seguidas de agencias de viajes (34,40%), actividades turísticas (33,10%), alojamientos (29,10%), restauración (29,80%) y transporte en autobús (25,30%).
Entre las barreras que se encuentran las pymes a la hora de realizar se incluyen la formación y capacidades para definir y desarrollar un modelo del negocio, los recursos económicos insuficientes para acceder a niveles de digitalización competitivos o el desconocimiento de la gestión y análisis del dato como motor de captación de clientes.
Para mejorar este nivel de digitalización contamos actualmente con el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) financiado con los fondos europeos Next Generation, que entre sus objetivos tiene impulsar la transformación digital del sector, tanto en el ámbito privado de las empresas como en el público, como es el caso de los destinos.
Para ello, se han puesto en marcha una serie de ayudas para los destinos de la Red de Destinos Turísticos Inteligentes, y otras, entre las que se encuentran las de Última Milla para impulsar la digitalización de las empresas, que ya cuentan con 43 proyectos beneficiarios que han recibido 25 millones de euros y en breve saldrá la segunda convocatoria con mayor dotación presupuestaria y de más fácil acceso.
En todo este proceso de cambio cabe destacar el papel que va a tener la Plataforma Inteligente de Destinos, conocida como PID, reconocida por todos como el proyecto tractor del sector turístico, ya que es transformador, interregional, innovador en el que estarán conectados el destino, las empresas y el turista.
Un proyecto centrado en el turista con el apoyo de los datos, cuyos objetivos son mejorar la gestión del destino, aumentar la competitividad del sector y sus empresas, sin olvidarnos de lo más importante, que es satisfacer las necesidades y procurar una mejor experiencia al turista.
En resumen, nos encontramos en un camino de largo recorrido que no tiene marcha atrás, en el que la formación y el cambio de mentalidad empresarial va a tener un papel destacado, en el que todos, sector público y privado, tenemos que trabajar de la mano para lograr que esa transformación digital contribuya a tener un sector más competitivo.
