El sector aboga por mejorar los canales de comunicación con la sociedad para transmitir la relevancia de las acciones que se llevan a cabo y su impacto.
Numerosos son los retos a los que se enfrenta el sector turístico en España, entre los que destaca el conseguir que la sociedad perciba, de primera mano, las ventajas que ofrece el sector para que se vuelvan a convertir en ‘turismofílicos’, es decir, amantes de lo que el segmento económico más importante del país puede ofrecerles.
Para hablar de ello, el VII Congreso Internacional de Calidad y Sostenibilidad Turística del Ictes ha organizado una mesa redonda, moderada por el locutor Carlos Lamelo, en el que se ha puesto sobre la mesa los diferentes retos que debe abordar el sector. Uno de ellos ha sido la cuestión de la oferta ilegal de las Viviendas de Uso Turístico (VUT), que ponen en riesgo la correcta convivencia entre visitantes y habitantes.
Angie Moreno, delegada de Turismo del Ayuntamiento de Sevilla, ha señalado que están actualmente inmersos en una nueva ordenanza que va a reglar este producto, estableciendo un máximo de un 10% de las viviendas de la ciudad y por barrios para obtener su licencia, en una medida que “se va a aprobar este mismo mes”. No obstante, Moreno ha destacado que no se deben “estigmatizar” ya que son “un motor económico de la ciudad” al estar muchas de estas viviendas en manos de “los propios sevillanos”, pero todo su salida al mercado debe realizarse “por la vía legal”.
En este sentido, José Carlos Escribano, presidente de la Federación Andaluza de Hoteles y Alojamiento Turísticos (Fatah), ha añadido que en Málaga esta oferta ha crecido un 300%, frente al 6% que ha incrementado el número de plazas hoteleras. A este respecto, recuerda que España si es líder en turismo es gracias a la capacidad de adaptación del sector y que la incorporación de las VUT se debe a que “parte de los turistas las quieren”, pero es necesaria una “normalización para que la calidad y la profesionalización sea del mismo nivel que el de la oferta hotelera”.
Lo que ha incentivado a los turismófobos, según Escribano, ha sido “el uso desmedido de este producto de forma ilegal”, que está llegando a dañar a la propia industria. Por ello, aboga por aplicar los decretos que se están aprobando y “realizas inspecciones para vigilar la situación”.
Tomar decisiones concretas
J. Antonio Amengual, presidente de la Alianza de Municipios Turísticos de Sol y Playa y alcalde de Calviá, recuerda lo fundamental que resulta gestionar dentro del sector turístico ara evitar “morir de éxito”, haciendo hincapié en lo relevante que es la convivencia entre la ciudadanía y el visitante. Ejemplo de ello es la creación en Mallorca de una mesa con 140 agentes implicados en el sector que va a medir los impactos del sector para determinar “decisiones concretas” a los problemas que se encuentren.
De hecho, la situación de Calviá, en donde hay más plazas hoteleras que habitantes, ha conseguido que los visitantes se encuentren muy diseminados por diferentes regiones, pero observan que las infraestructuras de transporte, como las carreteras, no se han mejorado “desde hace 60 años”, sin haber adecuado las infraestructuras “a las necesidades actuales”, algo que, sumado a la “oferta no reglada” de alojamiento, provoca el hastío en los ciudadanos.
A este respecto, Anne Striewe, directora general de la Fundación Canaria para la Protección de la Naturaleza y el Medio Ambiente, siente que se pone demasiado el foco en la cuestión de la vivienda, pero percibe que “hay múltiples efectos” negativos en el modelo turístico actual. “A la sociedad le llega que el turismo genera mucha riqueza, pero tienen salarios precarios”, denuncia. “También hay problemas ambientales, como la falta de agua, y los habitantes sienten que los turistas no viven estas restricciones, o que se turistifican los municipios y que se pierden los valores”, añade. “Estamos a favor del turismo, pero no de esta manera. Hay que repensar el modelo en conjunto y planificar mejor”, propone Striewe, apostando por una gestión sostenible.
Según Angie Moreno, esto se debe, entre otras cosas por el “desconocimiento de la ciudadanía de lo que hacemos por el turismo”, y considera necesario explicar “cómo se gestiona”. “Buscamos captar un turismo de calidad y hay que explicar cómo lo estamos haciendo, y que trabajamos para que sea sostenible y pueda convivir con los ciudadanos”, explica.
Según Angie Moreno, hay un gran problema de desconocimiento de la población hacia lo que consigue el sector turístico en España.
A este respecto, Escribano considera que ha habido un error a la hora de “comunicar lo que hacemos a la sociedad”, ya que no existe un “sector más importante y transversal, que ayude más a la sociedad, que el turismo”. Pero, además, se van implantando mensajes “que son falsos por falta de conocimiento”, por lo que resulta fundamental “revertirlos desde el sector”.
Entre las cosas a mejorar, Amengual cree que es necesaria, a corto plazo, la consideración de los municipios turísticos para obtener ventajas fiscales que les permita “compensar el desgaste de infraestructuas” mediante ingresos extra provenientes de las recaudaciones nacionales y autonómicas. “Hay que buscar una mejor financiación para mejorar la situación del residente, dando soluciones a las carencias que existen en los servicios”, detalla.
La implantación de la tasa turística
Una de las cuestiones que más discrepancias genera en el sector es la implantación de una tasa turística que permita mejorar financieramente las arcas municipales y que puedan, de forma finalista, paliar la escasez de servicios para que mejore la convivencia entre habitantes y visitantes.
En Baleares, esta tasa más de 20 años implantada, explica Amengual, una medida “muy polémica” hacia la que se oponía. “Pensábamos que llegaba el fin del mundo”, recuerda. Sin embargo, con los años, ha visto que este impuesto se ha invertido “en beneficio del residente y del turista”, pese a que durante muchos años “no se destinó a lo que correspondía”. Pero, actualmente se considera “un gran defensor de la misma”, viendo que dicho dinero “permite un ingreso extra muy interesante para realizar inversiones”. Además, están diseñando un sistema para que los visitantes puedan conocer directamente dónde se invierte la tasa que han aportado. “Al principio, la tasa puede parecer un freno, pero a futuro se ve que era una necesidad para cubrir el desgaste de estos años”, relata Amengual.
La necesidad de esta tasa, explica la delegada de Turismo del Ayuntamiento de Sevilla, es la “falta de financiación de las administraciones locales”, por lo que es necesario “encontrar esa ayuda”, incluyendo también la posible tasa. “Generamos unos servicios públicos, pero por su alta demanda se quedan cortos y hay que ampliarlos en épocas turísticas a nivel que no podemos soportar financieramente”. “Necesitamos ayudas para mantener los servicios y el patrimonio”, recalca Angie Moreno.
No obstante, Escribano considera que la tasa resulta “ineficaz, injusta e inoportuna”, ya que se ha visto que en los destinos donde se ha implementado “no se ha mejorado nada”. Recuerda, además, que el sector todavía está recuperándose de los daños sobrevenidos durante la pandemia y se manda el mensaje al turista de que “se le va a penalizar” por venir. Además, señala que tan solo se centra en los establecimientos hoteleros, dejando atrás el resto de modalidades alojativas existentes, como los campings o las VUT.
Para Escribano, la implantación de la tasa turística sería “ineficaz, injusta e inoportuna”.
A su modo de ver, lo que es necesario es “buscar fórmulas para que puedan recibir más dinero los municipios turísticos, pero el impuesto turístico pone palos al desarrollo y al avance de la industria”, remarca el presidente de la Fatah.
Striewe, por su parte, observa con buenos ojos la medida, pero afirma que una tasa, “por sí sola, no es la solución. Tiene que llegar con medidas extra, como las moratorias a los alojamientos turísticos o garantizando la vivienda a los residentes”. Además, considera “injusto” que solo los hoteles tengan a responder ante las normativas y que debería de ponerse “medidas para que todos los alojamientos cumplan con las reglas” fijadas por las autoridades mediante sistemas de control y vigilancia.
La relevancia de la calidad
Es por ello, por lo que, desde los destinos, debe apostarse por la calidad como elemento diferencial, abogando por mejorar la repercusión del mismo sobre el territorio. “El mercado indica que aprecia los movimientos hacia la sostenibilidad y la calidad. Hay una conciencia social que está buscando ese equilibrio. Pero para ello, además, necesitamos seguir apostando por la formación y la captación del talento”, explica José Carlos Escribano.
