La Xunta de Galicia está “haciendo un estudio pormenorizado” de la propuesta del Ayuntamiento de Santiago para implantar una tasa turística, pero ha advertido de que, si la medida “va adelante”, debe ser con una “habilitación general” para que el modelo pueda ser válido para otros municipios.
Así lo ha manifestado el presidente gallego, Alfonso Rueda, en la comparecencia de prensa posterior a la reunión del Consello. Según ha indicado el titular del Ejecutivo autonómico, la Xunta no se niega a priori a la implantación de esa tasa, pero ha indicado que “tiene que haber una habilitación general” para que el sistema sea replicable en otros municipios que estén interesados.
Por el momento, solo hay dos ayuntamientos que han expresado su voluntad de implantar la tasa, el de Santiago y, en las últimas horas, el de O Grove (que no ha remitido aún documentación a la Xunta).
Con respecto a la petición del gobierno municipal compostelano, Rueda ha recordado que, aunque la alcaldesa, Goretti Sanmartín, ya urgía la colaboración de la Xunta en octubre pasado, no ha sido hasta hace 15 días cuando ha tenido la documentación disponible. Según ha apostillado Rueda, la Xunta será “rápida” en su respuesta, “bastante más rápida” que el propio Ayuntamiento en la entrega de la documentación.
“Estamos haciendo un estudio pormenorizado. La Xunta no se niega, tenemos nuestra opinión sobre la tasa turística. Pero al final, es una posibilidad de cada ayuntamiento. Si fuera para adelante, tendría que ser una habilitación legal para crear el tributo y después, cada ayuntamiento, sobre una regla general, sobre un marco general, podría acogerse si así lo estima oportuno”, ha afirmado Rueda, antes de matizar que, por ahora, de los 313 ayuntamientos de Galicia, “solo dos” se han manifestado.
“Imagen no deseada y no real”
En cualquier caso, el presidente gallego ha reiterado que lo que le “preocupa” no es la existencia de una tasa turística, sino que esa tasa pueda dar una “imagen no deseada y no real” de una Galicia “masificada y que ya no puede soportar, y tenga que poner medidas para frenar la afluencia de visitantes”.
“Creo que no es así, lo que no quiere decir que no haya que ordenar, o que una tasa turística bien orientada, si algún ayuntamiento (asumiendo las consecuencias de implantarla) la desea, pueda ser una posibilidad”, ha zanjado.