El turismo de reuniones sigue gozando de buena salud y según las últimas estimaciones hasta el año 2019 se prevé un crecimiento constante de los viajes de negocios y aunque se considera generalmente como un subsector no cabe duda que en algunas ciudades tiene ya características de cierta madurez.
Sin embargo, derivado de la contracción en la economía, existen una serie de limitaciones que impiden un mayor crecimiento, además de suponer cambios importantes en el comportamiento, como son:
- Mayor concienciación de los costes de programas de viajes.
- Experiencia en la selección, contratación y reserva.
- Poseer mucha mejor información de lo que pasa en los mercados y de los procesos de compra.
- Más eventos locales para reducir costes.
- Retraso en la confirmación.
- Concentración de intermediarios.
- Subastas online.
Debemos tener claro que tenemos que lograr ser realmente atractivos tanto para los organizadores de congresos como para las empresas que realizan sus convenciones debiendo tener en cuenta los siguientes puntos:
- Ser capaces de conjugar mejor el slogan ‘turismo de negocio’ para que sea equivalente a trabajo más ocio.
- Aprovechar nuestras infraestructuras de transporte de un modo más racional.
- No bajar la guardia en lo que supone la seguridad, ya que es una gran preocupación tanto para los organizadores como para los asistentes.
- Debemos de transmitir la excelencia de productos y servicios de las ciudades (aeropuertos, hoteles, palacios de congresos, gastronomía, cultura, parques temáticos).
- Establecimiento de alianzas internacionales para atraer los viajeros de negocios de mercados emergentes como los BRIC, pero sin olvidar a otros países de Latinoamérica haciendo hincapié en la ventaja del idioma.
- Las empresas privadas deben de invertir cada vez más en marketing y en promoción de sus propios negocios, de una manera agregada y coordinada, agrupando los servicios y productos que ofrecen dentro del sector del Turismo de Reuniones.
- La colaboración entre las empresas privadas y las administraciones se hace imprescindible para lo cual se debe formar un equipo compacto y profesional con unos objetivos claros.
- El reto fundamental es identificar la demanda, donde quiera que esté y satisfacerla.
- Identificar las necesidades de cada cliente es prioritario pues el café para todos ya no vale y debemos adaptarnos a cada evento.
- Cuidar y poner al día las instalaciones de Internet y redes sociales es básico ya que el uso de ordenadores o ‘smartphones’ es constante.
- Acostumbrarse a vivir y gestionar la incertidumbre pues las peticiones con antelación de un año o más ya no existen.
- El precio seguirá siendo un factor importante en la elección del lugar de celebración pero quizá ya no tan determinante debido a que se tendrá en cuenta cada vez más el valor aportado a un esquema integral y transparente de precios.
En definitiva, el cliente simplemente ya cambió y todos tenemos que aceptar que seguirá haciéndolo. La única opción es anticiparnos, adaptarnos y actuar.