El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciará este viernes un endurecimiento de las normas para que los estadounidenses viajen a Cuba, pero no dará marcha atrás en la reanudación de vuelos comerciales directos entre ambos países, según fuentes oficiales.
El mandatario presentará en un discurso en Miami su nueva política sobre Cuba para dar marcha atrás a parte de la apertura del expresidente Barack Obama hacia la isla, después de los avances diplomáticos de 2014 entre los dos antiguos enemigos de la Guerra Fría.
Trump asumirá una postura más dura sobre Cuba, como lo prometió en su campaña presidencial, y dejará claro que la prohibición al turismo estadounidense a la isla se mantiene en vigor y su Gobierno reforzará la aplicación de normas de viaje bajo categorías autorizadas, según han indicado estas fuentes a la agencia británica de noticias Reuters.
Los nuevos límites a los negocios estadounidenses apuntarán al Grupo de Administración Empresarial SA (GAESA), una compañía militar con amplia participación en negocios en Cuba, incluido el sector hotelero, siempre según estas fuentes.
Por otro lado, no dará marcha atrás en otros cambios tangibles realizados por su predecesor, incluida la reanudación de vuelos comerciales directos entre Cuba y Estados Unidos, aunque su política más restrictiva seguramente enfriará los nuevos lazos económicos en general.
Bajo las revisadas reglas de viajes, habrá una verificación más estricta de las doce categorías legales autorizadas para poder viajar a Cuba, lo que podría ahuyentar a muchos visitantes ante el temor a ser multados.
No cerrará la Embajada
Sin embargo, no está claro si las nuevas reglas prohibirán a los visitantes estadounidenses gastar dinero en hoteles estatales y restaurantes.
Los detalles dependerán de las regulaciones que serán redactadas en los próximos meses por el Departamento de Comercio y el del Tesoro, que tendrán la tarea de convertir el memorando en política.
En julio de 2015, Estados Unidos y Cuba restauraron sus relaciones diplomáticas tras 54 años
Sus asesores aseguran que el alivio a las restricciones impulsado por Obama no ha logrado avances en libertades políticas en Cuba, pero sí beneficiaron financieramente al Gobierno de Raúl Castro.
Sin embargo, grupos internacionales de Derechos Humanos argumentan que volver a la política de aislamiento sobre la isla podría empeorar la situación y beneficiar a los sectores cubanos de línea dura. El Gobierno de Castro ha dejado claro que no será presionado hacia reformas políticas a cambio de vínculos diplomáticos.
En julio de 2015, Estados Unidos y Cuba restauraron sus relaciones diplomáticas tras 54 años. Desde entonces, Obama puso en marcha una serie de medidas para flexibilizar las restricciones comerciales y migratorias.
No obstante, el embargo impuesto por parte de Estados Unidos en los años 60 sólo puede ser retirado por el Congreso, que está compuesto por una mayoría republicana. Las autoridades de Cuba han aseverado que el embargo ha provocado daños de hasta 125.000 millones de dólares (111.000 millones euros) y ha señalado que éste supone el principal “obstáculo para el desarrollo económico y social” de la isla.