Los países europeos que lideran la lista con mayor número de lugares declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO son España e Italia por su rico patrimonio cultural, un segmento turístico que representa cerca del 37% del total del sector, con un crecimiento anual en torno al 15%, según la Organización Mundial del Turismo (OMT), y que crece más rápidamente que el conjunto de la actividad turística.
El turista cultural presenta un gasto por encima de la media y un nivel educativo superior, lo que ayuda a diversificar la oferta y a la desestacionalización de los destinos, según concluye el informe ‘Patrimonio Cultural y Turismo: oportunidades y desafíos de la valorización turística del patrimonio’ de Ostelea, School of Tourism & Hospitality, elaborado por el Centro de Investigación, Divulgación e Innovación en Turismo (IDITUR).
Entre las ventajas competitivas figuran cuestiones para los destinos (diversificar la oferta turístico y deslocalizar las actividades), para las empresas turísticas (segmentación del público y distribuir su actividad durante todo el año), y para los residentes (mantener vivas las tradiciones e interactuar con el turista).
Características del turista cultural
Centrados en España, son tres las características destacadas del turista cultural: entre 25 y 44 años, mayoritariamente mujeres y realizan viajes de larga duración con reserva. Por comunidades autónomas, las tres con mayores ingresos económicos por recepción de turistas son Andalucía, Cataluña y comunidad de Madrid. Igualmente son estas tres regiones las que más destacan en cuanto a gasto por motivos culturales.
El estudio de Ostelea analiza también la importancia que están adquiriendo para este segmento los jóvenes que nacieron entre 1982 y 2004 (los llamados ‘millennials’) entre el público internacional del turismo cultural. Igualmente, el turismo ‘senior’ para el cual la seguridad es un factor muy importante a tener en cuenta durante su estancia y que también demuestra gran interés en las nuevas tecnologías.
Son cinco las características principales del turista cultural: nivel de estudio superior, profesión liberal o cargo de responsabilidad, ingreso medio por encima del promedio europeo, edad entre 20 y 30 años, y usuarios de Internet para buscar información.
En cuanto a las motivaciones, el estudio señala que no todos los que visitan bienes y recursos culturales son turistas, sino que también juega un papel importante la población local, así como otros motivos más allá de la atracción cultural.
Experiencias personalizadas
En cuanto al desarrollo de tecnologías, las basadas en la realidad aumentada o el ‘Big Data’ ayudan a crear experiencias personalizadas, además de analizar las prácticas y hábitos. En este escenario destaca la tecnología ‘beacon’ (de balizas) con la finalidad de mejorar la experiencia del usuario en lugares como grandes eventos, centros comerciales, aeropuertos o destinos turísticos.
La venta y la comercialización online de productos culturales y de turismo cultural, así como la relevancia que está cobrando la red social Instagram como promoción, el ‘crowdfunding’ o la situación el IVA cultural dispar en diferentes países (del 27% en Hungría, al 21% en España o el 5,5% en Francia) también son destacables.