El operador ferroviario Renfe ha retomado el proyecto de lanzar un servicio de Alta Velocidad low cost, un tren que cubrirá el trayecto entre Madrid y Barcelona y que prevé tener en circulación antes de que en diciembre de 2020 el transporte de viajeros en tren se abra a la competencia.
Se trata de un AVE con un billete más barato, aunque también con menos prestaciones y con capacidad para transportar mayor número de viajeros.
La compañía pública incluye el lanzamiento de un AVE de bajo coste en el plan estratégico que este martes aprueba su consejo de administración con el fin último de prepararse para competir con otros operadores a partir de 2020.
De esta forma, la operadora retoma sus planes low cost después de que, tras el cambio de Gobierno del pasado año, finalmente no prosperara el ‘EVA’ que el anterior Ejecutivo y equipo directivo de la operadora tenía programado poner en circulación este año.
Entre el resto de grandes objetivos de la estrategia de Renfe para los próximos cinco años (2019-2023) figuran un plan de compras de nuevos trenes por un importe de unos 3.000 millones de euros.
Asimismo, la operadora pública, que el pasado año comenzó a operar el AVE a La Meca y fue incluida en el proyecto del futuro AVE de Texas, se propone intensificar su internacionalización con el foco puesto en Reino Unido, Francia y Latinoamérica.
Además, busca convertirse en un ‘operador de movilidad’ combinando el tren con otros modos de transporte y aumentar el peso de las mujeres en su plantilla.
3.000 millones en compras de trenes
Respecto al plan de adquisiciones de nuevos trenes, ‘heredado’ del anterior equipo gestor, está previsto que se acometa en distintos contratos que se lanzarán en cascada en los próximos meses.
Las compras se centrarán en material para trayectos regionales y de Cercanías, si bien también incluirán nuevos AVE, a pesar de que hace tres años cerrara un pedido de treinta unidades con Talgo.
Esta inversión se puede acometer toda vez que el Estado garantizó recientemente a Renfe el monopolio de trenes regionales y de Cercanías para diez años más.
Estos servicios, que cuenta con una subvención pública anual de unos 900 millones de euros, quedará así al margen de la liberalización, de forma que Renfe sólo tendrá que competir con otros operadores en el AVE y la Larga Distancia.
Para afrontar esta competencia, el hasta ahora monopolio público quiere convertirse en un “operador de movilidad”. Para ello, recurrirá a la digitalización para vender billetes que no sólo supongan un trayecto en tren, sino que incluyan otros transportes y servicios, y cubran todo el viaje del pasajero “desde que sale de casa hasta que llega a su destino”.
Salir al exterior
Respecto a la internacionalización, Renfe busca capitalizar la experiencia acumulada en Alta Velocidad en España para lograr negocio adicional en el exterior. Reino Unido y Latinoamérica son sus principales objetivos, toda vez que ya desembarcó en Estados Unidos y arrancó el AVE árabe, además de Francia, que en 2023 sacará a concurso sus actuales servicios públicos.
En el plano de la responsabilidad social, la estrategia de la operadora incluye un Plan de Feminización para elevar al 50%, frente al 13% actual, el peso de las mujeres en su plantilla de unos 14.450 trabajadores, el 25% en el caso del colectivo de maquinistas.