Solo uno de cada diez agentes de viajes cree que el turismo mejorará en los próximos seis meses, según los datos recogidos en el segundo Informe de Confianza Empresarial (ICE) 2019 del Observatorio Nacional del Turismo Emisor (ObservaTUR).
No obstante, las expectativas de negocio de las agencias de viajes para los próximos seis meses del año mantienen una tónica de estabilidad, aunque sus principales variables pierden intensidad respecto al segundo trimestre del año 2018, cuando había una atmósfera de mayor optimismo.
De este modo, respecto al segundo semestre del pasado año, ha aumentado 30 puntos el número de profesionales que piensa que la economía española empeorará (ha pasado del 10% al 41%). También sube el porcentaje de entrevistados que considera que la actividad turística sufrirá una ralentización (del 6% en el verano de 2018 ha pasado al 27% actual).
Comparado con los datos de julio de 2018, aunque predominan los que piensan que el sector de las agencias se mantendrá estable en los próximos seis meses, también aumentan los que advierten un cierto deterioro en la situación, que pasan de un 11% a un 30%. Además, desciende el porcentaje de quienes aventuran una mejoría de la actividad, del 12% actual al 34% del anterior estudio.
En consecuencia de esa pérdida de confianza, el ICE 2019 revela la opinión de que habrá una ralentización en la creación de empleo en el sector, mientras que los precios se mantendrán sin que haya indicios de recuperación. Las agencias de mayor tamaño son las que efectúan unas previsiones menos favorables respecto a los precios.
Grandes amenazas
La llegada de otra crisis económica y la incertidumbre política son las dos grandes amenazas que se perciben por parte de las agencias de viajes. El tercer lugar lo ocupa un posible incremento en los precios, mientras que en menor medida consideran un ataque terrorista.
En cuanto al sobreturismo, tres de cada diez consultados entienden que las agencias de viajes deberían plantear iniciativas al respecto, aunque no saben “muy bien” cuál debería ser la solución.
No obstante, seis de cada diez consultados considera que para ello podrían prescribir destinos menos masificados, mientras que el 4% ha señalado que creen que “no pueden hacer nada”.