Enrique Martínez afirma que la guía de Segittur busca proporcionar a los gestores orientaciones y herramientas tecnológicas.
Si algo nos ha dejado claro la crisis del COVID-19 es que el futuro es incierto. El turismo es una de las actividades más afectadas por la pandemia y el futuro de los destinos está en gran parte en manos de agentes externos y circunstancias que no siempre podemos controlar.
En la actualidad, contamos con diferentes medidas de obligado cumplimiento, que surgen tanto del Gobierno de España y de las diferentes comunidades autónomas, dentro del ámbito de sus competencias, como de las autoridades sanitarias que nos marcan los protocolos, regulaciones y recomendaciones respecto a la movilidad, a los trabajadores del sector, a la atención a los turistas, a los diferentes destinos y a las infraestructuras.
Ante estas circunstancias, antes del verano Segittur junto con TechFriendly y el apoyo de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), elaboró una guía destinada a la reactivación de los destinos turísticos inteligentes, con la que pretende dar algunas claves, herramientas y metodología que ayuden a los destinos a hacer frente a esta nueva situación ante la que se encuentra el turismo.
Para la elaboración de esta guía se han tenido en cuenta diversos aspectos, ya que no podemos obviar que el turista tiene nuevas necesidades, tiene fobias y temores, es una persona diferente; a eso se añade que la mera apertura de los destinos no garantiza la llegada de turistas, tal y como se ha puesto de manifiesto, ya que existe un entorno de incertidumbre y miedo que actúa como barrera.
Sin olvidar que mucha de la información que antes teníamos en cuenta para tomar decisiones ha dejado de tener validez, por lo que el análisis de nuevos datos se hace imprescindible.
Cooperación entre administraciones
La situación actual nos obliga a una mayor cooperación entre distintas administraciones y entre la administración y el sector privado, ya que esta va a ser clave en la reactivación de los destinos turísticos, donde se han acelerado procesos que ya estaban en marcha como la digitalización, pero también se han encontrado algunas debilidades que será necesario atender. Una oportunidad para reinventar algunos de nuestros destinos.
El objetivo de la guía, como decía al inicio, ha sido y es proporcionar a los gestores de los destinos orientaciones y herramientas metodológicas para enfrentarse al nuevo entorno tomando como partida el modelo de Destinos Turísticos Inteligentes (DTI) basado en cinco ejes de actuación: innovación, tecnología, accesibilidad, sostenibilidad y gobernanza.
Es a partir del modelo DTI, donde en el contexto actual se propone al destino que actué en seis dimensiones: económica y social con el fin de reactivar la actividad y recuperar empleos; sanitaria y de seguridad, con la que dotar de garantías a profesionales, turistas y población; marketing y comunicación para adaptar nuevos productos, segmentos, mercados y escenarios trabajando por un mejor posicionamiento de la marca; oferta turística para garantizar la calidad, prestando especial atención a la seguridad en los servicios.
A esto se suma la gestión del conocimiento, obteniendo nuevos datos e información que contribuyan a una mejor gestión; y la cooperación público-público y público-privada, donde se apuesta por un trabajo donde todos aportan.
En definitiva, se trata de ayudar a los destinos a su reactivación ante la excepcional situación que se vive en el turismo, así como darles las pautas para reconducir a los destinos hacia un modelo de producción y consumo turístico más responsable y sostenible.
