La Asamblea Nacional francesa aprobó el sábado la prohibición de los vuelos comerciales domésticos, si hay una alternativa ferroviaria que cubra el trayecto en menos de dos horas y media, según recoge El Mundo.
La medida se enmarca en la amplia Ley Climática promulgada por el Gobierno francés y tiene como objetivo la reducción de emisiones de carbono. La prohibición afectará a los vuelos que unen París con Lyon, Nantes y Burdeos, respectivamente, puesto que el tren cubre los tres trayectos en poco más de dos horas.
En principio, la única aerolínea que opera dichas rutas es Air France, con lo cual, será la única compañía que se vea afectada. Con todo, el Gobierno francés no planea prohibir todos los vuelos nacionales, sino tan solo los que sean compatibles con un viaje corto en tren.
De esta forma, las conexiones entre ciudades como Nantes y Burdeos, que en transporte ferroviario llevaría más de seis horas, o entre Lyon y Touluse (más de cuatro horas), seguirán operándose con normalidad.
La aviación francesa, en contra
La Federación Nacional de la Aviación Comercial (FNAM) mostró hace meses su malestar por la medida del Gobierno, según explicó en su momento el Air Journal. En concreto, la asociación aseguraba que “ningún dato científico respalda que el tren tenga un impacto sobre el medioambiente significativamente menor al del avión”.
“También vale la pena recordar que la electricidad que alimenta el TGV es producida por centrales nucleares o por centrales de carbón o petróleo que no son modos de producción muy virtuosos en materia medioambiental”, añadieron desde la asociación.