Las grandes corporaciones “cuentan desde hace años con unidades de tecnología, analítica de datos o Business Inteligence”, pero ahora “es el momento de que las pymes adquieran este conocimiento”, según destaca el experto Luis Cardo en el ‘Informe Turismo Post-COVID- de Open-ideas.es.
En su opinión, las pequeñas y medianas empresas no tienen por qué crear departamentos específicos de analítica de datos, pero sí pueden dedicar esfuerzos “a formación, acceso a fuentes y contando con profesionales que ayuden en ese camino”.
Cardo resalta que pronto, “para un profesional del turismo, el conocimiento del lenguaje de los datos será una competencia tan necesaria como hablar inglés”. Así, deberán “hacer uso de los ‘inputs’ disponibles en los múltiples repositorios de datos” o contratar proveedores (GDS, aerolíneas, redes sociales, etc.) “que están empezando a ‘productivizar’ sus capacidades, lo cual les ha permitido diseñar herramientas y servicios a unos precios cada vez más bajos”.
Además, “están surgiendo consultoras y empresas especializadas” de las que las compañías turísticas pueden “obtener el apoyo necesario para generar cuadros de mando dinámicos que mejoren el control del negocio; redefinir procesos internos; generar nuevos servicios; micro-segmentar a potenciales clientes o calibrar las implicaciones regulatorias y reputacionales”, destaca el experto.
Usos prácticos de la información en bruto
“Llegará el día en que sean muchas las preguntas a las que se pueda encontrar solución introduciendo variables en una herramienta online, de la que obtengamos respuestas consistentes a problemas previamente definidos. Todavía queda bastante tiempo para que esto se generalice”, apunta Cardo.
Hasta entonces, el componente humano “será fundamental” porque “el nuevo valor se obtendrá a través de proyectos consultivos, con cierto componente artesanal, que mezclen entendimiento de negocio, tecnología y técnicas de tratamiento de información”, sostiene.
Para Cardo, definir con corrección la pregunta o problema al que se quiere dar respuesta y conseguir que el equipo de trabajo “combine competencias analíticas con conocimiento sectorial, identifique fuentes de datos y trabaje en ello hasta obtener soluciones” serán las claves para un uso eficiente de la tecnología.
“La replicación de los casos de éxito, la experiencia, la adopción y normalización por parte del mercado de estas metodologías será el punto de partida desde donde se construyan servicios estandarizados”, manifiesta el experto, para quien es ahora “el momento de diferenciarse” y es necesario “buscar soluciones a retos donde haya valor, y ponerlas en práctica antes que nuestros competidores”.
Para Cardo, “hay mucho recorrido de mejora por delante” y “estamos lejos de que haya consenso en cómo usar estas herramientas para obtener resultados consistentes”. “En el mundillo del dato son frecuentes los mensajes interesados, la fantasía y la sobreventa. Hay que cuestionarse las maravillas que se nos prometen. Por eso, sin renunciar al apoyo de los especialistas, los profesionales del turismo tienen que generar criterio propio”, añade.
A juicio del experto, el “Big Data y la Inteligencia Artificial no son todavía tan inteligentes, pero lo serán”. “Ya aportan hoy en día muchísimo valor a nuestra disposición. Es el momento de apostar por ello y diferenciarse, o al menos no quedarse atrás. Aquellos que no hagan el esfuerzo de incorporarlos al ADN de sus organizaciones perderán sin duda la partida”, concluye.