La crisis de personal en los aeropuertos europeos no terminará hasta otoño

Una de las consecuencias de la crisis de la COVID-19 en Europa han sido las crisis de personal que han recorrido este verano los aeropuertos del continente. Reino Unido y Alemania han sido los dos países que más se han visto afectados por este fenómeno, consecuencia de la falta de trabajo y despidos realizados durante la pandemia. Y, tras haber superado con graves problemas el verano, parece que la crisis se va a extender en el tiempo.

Así parecen confirmarlo las autoridades del Aeropuerto de Frankfurt, el aeródromo más importante de Alemania, al confirmar que su plan para reclutar a 2.000 empleados no ha dado sus frutos. El objetivo era que estos nuevos empleados ya vinieran formados de los aeropuertos de Turquía, y que sirvieran para aliviar la presión que se está viviendo y que ya han provocado miles de vuelos cancelados.

La Asociación de Transporte Aéreo de Alemania (BDL, por sus siglas en alemán) realizó una petición al ejecutivo para agilizar los procesos de contratación de trabajadores extracomunitarios, y el gobierno alemán lanzó un plan de aceleración de los permisos de trabajo. Y, a pesar de los esfuerzos realizados para recobrar la normalidad, Fraport, operador del aeródromo alemán, ha confirmado que estos refuerzos temporales no llegarán.

En total, del plan para desplegar 2.000 efectivos, tan solo 150 han llegado a materializarse, desplegándose entre los aeropuertos de Múnich y Nuremberg, en calidad de manipuladores de equipaje, y con un contrato hasta el mes de noviembre. No obstante, desde Fraport aseguran que ya han contratado a 1.000 empleados desde el comienzo del año, a pesar de que la Asociación Alemana de Aeropuertos (ADV, por sus siglas en alemán) avisó que el aeropuerto estaba funcionando con un quinto del personal necesario.

Reino Unido, afectado por el Brexit

Una de las consecuencias inesperadas del Brexit es la enorme falta de personal que ha afectado a los aeropuertos de Reino Unido. Los londinenses Heathrow y Gatwick, junto al de Manchester, han sido los que más problemas han reportado durante la temporada alta. A la salida de la Unión Europea, además, se sumó la falta de protección laboral al personal, provocando la salida de muchos empleados y la lenta burocracia que conlleva incorporar a nuevos operarios.

Como solución, el aeropuerto de Heathrow decidió limitar de manera temporal a 100.000 el número de pasajeros diarios máximos en sus instalaciones, limitando así la operativa de las aerolíneas que operaban en él. Esta medida, en un primer momento, iba a imponerse durante la temporada alta, pero ante la extensión de la crisis de personal, ya han anunciado la extensión de la medida hasta finales de octubre.

Toda esta situación ha llevado a la aerolínea British Airways, propiedad del grupo aéreo International Airlines Group (IAG), a cancelar 10.000 vuelos desde y hacia el aeropuerto de Heathrow entre los meses de octubre y marzo, según ha informado la compañía a la prensa local. Hasta la fecha, British Airways ya había recortado 30.000 vuelos entre los meses de abril y octubre, por lo que, con este nuevo recorte, las cancelaciones alcanzan las 40.000 en un periodo de 12 meses.

En el caso del aeropuerto de Gatwick, optaron por ponerle un coto al número de vuelos que se operaría durante los meses más importantes de la temporada. De esta forma, durante el mes de julio tan solo pudieron atender a 825 vuelos cada día, mientras que en agosto la cifra ha ascendido a 850. No obstante, el aeropuerto anunció ayer que, tras la contratación de 400 nuevos operarios de seguridad, va a restaurar la normalidad operativa a finales del mes de agosto, a pesar de que sus planes pasaban por extenderlo hasta el 29 de octubre.

Schiphol sigue con el caos

El aeropuerto de Schiphol, en Ámsterdam, no ha conseguido paliar los problemas de operatividad que lleva arrastrando desde comienzos del verano. A pesar de haber tomado una medida similar a los aeródromos de Reino Unido, no ha conseguido mejorar su servicio. En concreto, la propuesta pasaba por ofrecer servicio a un número de pasajeros variable cada día, que oscilaba entre los 67.000 y los 72.000, pero las colas siguen sucediéndose.

Este fin de semana, las redes sociales manifestaban su inconformidad con el funcionamiento del aeródromo más importante de Países Bajos, después de que se siguieran repitiendo las más de tres horas de colas. El caos era tal que las filas salían de la terminal. Como consecuencia, más de 300 vuelos tuvieron que retrasar su salida, y muchos pasajeros no llegaron a tiempo hasta la aeronave.