En 2019 España acogió a 1,3 millones de turistas rusos.
El presidente de la Duma rusa, Viacheslav Volodin, ha avisado que la Unión Europea podría perder 21.000 millones de euros en caso de que decidan prohibir la entrada de los turistas rusos. Además, confirmó que este daño, al mismo tiempo, beneficiaría a otras economías, ya que “los rusos siempre tendrán otros destinos a los que viajar”.
Este aviso llega después de que varios estados miembros de los 27 hayan solicitado a la Comisión Europea la introducción del veto a los visados rusos para evitar la entrada de los mismos a los países de la Unión.
Esta medida llegaría después de que varios países hayan ya impuesto sus propios vetos a los visados rusos, pero que buscan una medida coordinada por parte del Eurogrupo, mientras otros se mantienen expectantes ante las medidas que se adopten desde Bruselas.
Hasta la fecha, Finlandia, Lituania y Estonia son los únicos países que no están emitiendo nuevos visados Schengen a los ciudadanos rusos, pero se quejan de que pueden atravesar sus fronteras cuando llegan con visados emitidos desde otros países. Así mismo, animaban a otros países fronterizos a seguir su ejemplo en caso de que la Unión Europea no apoyara el veto.
El Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, aseguró que este tipo de medidas no debían de tomarse de forma unilateral, y que era la propia Comisión la que debía de imponer este tipo de sanciones. De momento, aunque muchos países han manifestado su interés en restringir la emisión de nuevos visados a ciudadanos rusos, algunos países como Portugal, Chipre y Grecia se han manifestado en contra a esta sanción.
Buscando otros mercados
Desde España, en el momento en el que comenzó la guerra, empezaron a buscarse alternativas para suplir a los turistas rusos que llegaban hasta nuestras fronteras. En concreto, el ejecutivo ha estado intensificando la promoción en otros destinos para suplir a los 134.000 visitantes que llegaron en 2021. En el último ejercicio antes de la pandemia, en 2019, llegaron a nuestras fronteras un total de 1,314 millones de turistas rusos, desembolsándose un total de 1.356 millones de euros.
No obstante, las perspectivas eran muy positivas para la temporada alta, que contenía más de 123.000 plazas aéreas entre Rusia y España. Dicha afección era desigual, con el aeropuerto de Barcelona el que más plazas tenía concertadas, con más de 45.000, seguido de Alicante (27.064) y Madrid (21.548), junto a Málaga (19.424).
