Todavía existen dudas sobre la aceptación de los criptoactivos como método de pago.
El sector turístico cada vez está más vinculado con las criptomonedas, donde ha encontrado un nuevo servicio que poder ofrecer a los clientes. Un claro ejemplo de esta adopción es el trabajo realizado por Expedia, que ofrece más de 70.000 hoteles donde es posible reservar haciendo el pago en Bitcoin u otras 30 criptodivisas, o Pavilian Hotels and Resorts, que ya acepta 40 activos distintos.
Este tipo de movimientos no se está realizando solo en el sector alojativo, ya que Air Baltic acepta pagos en 2014, y Vueling ha confirmado que lo añadirá a sus métodos de pago a partir de 2023. No obstante, todavía queda mucho para que se convierta en una aceptación generalizada.
Según James Montague, director senior de Seguridad e Integraciones de la empresa especializada en tecnología hotelera Shiji, comenta que han “tenido uno o dos grupos hoteleros que nos han preguntado sobre esto, pero una vez que les explicamos las complicaciones de permitir que los huéspedes paguen con criptomonedas, no ha generado mayor interés, sobre todo como método de pago en presencia”.
El argumento que erige Montague para esto es que, cuando hasta los pagos con tarjeta por internet tienen complicaciones, adaptarse al mundo de criptoactivos conllevaría una enorme problemática. “Pagarías un depósito, pero luego, cuando llegue el reembolso, el valor de esa cripto podría ser diferente”, recuerda, por lo que el valor en sí de la estancia podría o haber aumentado o descendido con respecto al precio en una moneda estable.
En la mayoría de casos, como reconoce Matthew Chapman, cofundador y director técnico del proveedor de tecnología de reservas de viajes Vibe, esta adaptación se está realizando de la mano de “plataformas intermediarias para gestionar el pago. En otras palabras, están añadiendo la cripto como podría añadir cualquier otro medio de pago sin importancia”, señala.
Por su parte, Alex Barros, director de marketing e innovación de Beonprice, la plataforma de gestión de ingresos y rentabilidad para el sector de la hostelería, añade que otro problema adicional es adaptarse al vertiginoso mundo de las criptomonedas, donde los activos aparecen y desaparecen continuamente. “También podría preocuparles que tuvieran que hacer fluctuar continuamente sus precios para mantenerse al día con la última valoración del tipo de cambio”, comenta.
Además, Fabián González, fundador de Forward_MAD, explica que, con la hospitalidad y la “mentalidad de servicio” del sector, “si hay la más mínima demanda, los hoteles de lujo se darán prisa en encontrar la forma de aceptar el pago”. Pero, actualmente, la demanda es “minúscula”, aunque con “indicios de que está creciendo entre los viajeros con dinero”.
“Mi opinión es que los hoteles que actualmente aceptan criptomonedas lo hacen más como un ejercicio de marketing y relaciones públicas que otra cosa, y con bastante éxito dado que algunos consiguen mucha publicidad gratuita al hacerlo”, expone.
En cuanto a las aerolíneas, Alice Ferrari, fundadora y consejera delegada del proveedor de tecnología API para aerolíneas Kyte, añade que “en este momento no es un método de pago muy demandado. Pero eso va a cambiar a medida que las monedas estables - criptomonedas cuyo valor está vinculado a las monedas del mundo real, como el dólar o el euro - sean cada vez más populares”. Habrá que esperar a ver qué evolución tienen estos criptoactivos para ver si se convierten en un medio de pago para las masas en el sector turístico.
