Llegar a un destino y empezar a descubrir su enogastronomía es todo un placer. Por ello los destinos trabajan intensamente para seguir incentivando estos productos, desestacionalizadores y dinamizadores de la demanda, que busca conquistar tanto a nuevos visitantes internacionales como nacionales. Además de estar en auge, supone un importante incentivo económico.
Según los datos de la Asociación Española de Ciudades del Vino (Acevin), las visitas a bodegas y museos de las Rutas del Vino de España movieron en 2019 un total de 85,5 millones de euros y atrajeron a tres millones de visitantes. Se calcula que el negocio del enoturismo supuso unos ingresos de 256,7 millones de euros solo en estos territorios. Pero es que en el año 2021, 1,68 millones de personas visitaron las rutas del vino, de los que un 15% eran internacionales, y se generaron un total de 55 millones de euros.
Sin duda, un enorme impulso económico que anima a mejorar la oferta. Por ello, desde Turespaña se trabaja para cosechar productos y recoger beneficios. “La importancia de la enogastronomía se basa en que es una actividad de alto valor añadido para los turistas que nos visitan y con una alta tasa de crecimiento en los últimos años”, destacan desde Turespaña.
“Entre 2016 y 2021, los viajeros que declaran haber participado en actividades enogastronómicas han realizado un gasto turístico por persona y día un 5,5% superior al promedio. Además, el gasto total de dichos turistas aumentó un 37% en tasa de crecimiento anualizada entre 2016 y 2019”, añaden. De hecho, en el año previo a la pandemia, 18 millones de turistas (un 22% del total) realizaron actividades relacionadas con este segmento. Además, estos visitantes se marcharon de España más satisfechos que la media.
Para destacar el papel de la enogastronomía en nuestro país, Turespaña ha reconocido su importancia en el Plan Estratégico de Marketing 2021-2024, “en su objetivo de identificar y atraer a un turista más rentable, que contribuya a la sostenibilidad del destino”, confirman desde la entidad.
Los destinos ponen en valor sus productos locales, que forman parte de su seña de identidad.
En esta línea trabajan los destinos en España, poniendo en valor sus productos, que forman parte al mismo tiempo de la seña de identidad de cada región. En Madrid,“el turismo enogastronómico es uno de los principales ejes de la promoción turística de la ciudad, tal y como refleja nuestro Plan Estratégico de Turismo 2020-2023”, asegura Héctor Coronel, director de Turismo del Ayuntamiento de Madrid, que lo mantiene como “un pilar fundamental en esta etapa turística que vive la capital y que se complementa a la perfección con otros de los grandes atractivos turísticos madrileños”. “Para nuestros visitantes, la oferta gastronómica y de restauración es el tercer motivo más importante para visitar la capital, solo por detrás del patrimonio y la agenda cultural. Además, está muy bien valorada. Según la encuesta de satisfacción y percepción turística que realizamos en 2021, los visitantes valoran con 8,8 sobre diez la gastronomía de Madrid, siendo el segundo motivo de gasto en destino realizado por los viajeros”, añade Coronel, que señala que uno de los productos que más están promocionando en estos momentos es el de una de las más recientes aperturas en la ciudad, “en la Galería Canalejas, con su Food Hall de más de 4.000 metros cuadrados y decenas de opciones culinarias nacionales e internacionales”.
En Andalucía se trabaja en “organizar, comunicar y promocionar el ‘producto turístico Andalucía’”, y en especial el segmento enogastronómico a través de la estrategia ‘Momentos Foodie’ y ‘Andalucía, territorio agroturista’, confirma Alberto Ortiz de Saracho, director gerente de la Empresa Pública para la Gestión del Turismo y del Deporte de Andalucía. El primero busca poner en valor los productos de calidad de la región, con sus Denominaciones de Origen Protegidas (D.O.P.) e Indicaciones Geográficas Protegidas (I.G.P.), junto a los territorios donde se produce.
“Perseguimos un cambio de perspectiva: del usuario hacia el producto, y no al revés. Con la estrategia se pretende conseguir que la gastronomía en Andalucía se convierta en el elemento motivador del viaje y no solo en un complemento”, asegura Ortiz de Saracho. Dentro de la tabla de elementos a poner en valor, destacan las materias primas, los sabores, el patrimonio, los maridajes, los orígenes o la tradición.
“Casi un 80% de los visitantes que vienene exclusivamente a Euskadi lo hacen por las ciudades y nuestra gastronomía” – Daniel Solana
En País Vasco, el producto enogastronómico es fundamental para su oferta. “La apuesta del departamento de Turismo, Comercio y Consumo se centra en convertir la enogastronomía en uno de los ejes estratégicos del desarrollo turístico. Y es que casi un 80% de los que acuden exclusivamente a País Vasco lo hacen por conocer las ciudades y por nuestra gastronomía”, confirma Daniel Solana, director de Basquetour. Actualmente, País Vasco trabaja en torno a la puesta en valor de sus productos mediante “la red Euskadi Gastronomika, creada para el impulso y la promoción del turismo gastronómico de País Vasco. Estamos poniendo el foco de manera especial en el fomento y la promoción de las experiencias turísticas, con actividades que van desde la realización de talleres de conservas, paseos en bici y almuerzo entre viñedos o catas en barco”.
En la provincia de Castellón están trabajando con el programa ‘Castelló Ruta de Sabor’, un producto que “constituye la oferta de turismo gastronómico y agroturismo de la provincia, aunando a empresas productoras, industrias visitables y al sector turístico que apuesta por la gastronomía autóctona y los productos locales”, confirma Virginia Martí Sidro, diputada de Turismo de la Diputación Provincial de Castellón.
La Ribeira Sacra es una de las zonas donde el turismo relacionado con el mundo del vino define un territorio.
A través del proyecto, liderado y financiado por la Diputación, se “pretende reconocer los alimentos y sabores producidos en el territorio, así como empresas y entidades que oferten turismo gastronómico con el propósito de impulsar el consumo de productos locales y de proximidad de Castellón”, confirman. De esta red forman parte “empresas productoras y del sector turístico para organizar y estructurar la oferta de servicios relacionados con la gastronomía”, añaden.
Llegando al público
Igual de importante que crear el producto es darlo a conocer a los visitantes. Por ello, la promoción de los productos enogastroturísticos cobra tanta relevancia. En este aspecto, Cataluña ha ideado una Estrategia de Turismo Enogastronómico 2022-2027, con una inversión de 12 millones de euros en tres años para acelerar el desarrollo de estos productos y que se destinarán a mejorar las infraestructuras y equipamientos, a fomentar su digitalización y competitividad y a la promoción.
En su caso, la promoción se basa, además de las gestiones habituales, en incentivar la presencia de productos catalanes en grandes festivales de música, como la acción que se llevó a cabo el pasado mes de julio en el Napa Valley Festival de California, como confirman desde la Agencia Catalana de Turismo (ACT), que intenta así dar a conocer las marcas ‘Enoturismo Cataluña’, ‘Experiencias gastronómicas’ y ‘Hoteles gastronómicos’.
“Es una actividad de alto valor añadido para los turistas y con una alta tasa de crecimiento en los últimos años” – Turespaña
La localidad de Gijón busca promocionar su enogastronomía buscando llevar los productos ‘Gijón Gourmet’ y ‘Gijón Goloso’ al gran público. “El menú ‘Gijón Gourmet’ permite descubrir los establecimientos más exclusivos de la ciudad a un precio muy competitivo. Por su parte, ‘Gijón Goloso’ permite degustar más de 15 especialidades de las confiterías y heladerías con más tradición”, explica Daniel Martínez Junquera, director de Visita Gijón, que también destaca “la producción sidrera. Hace más de 15 años se lanzó la Ruta de la Sidra Gijón para poner en valor que somos el concejo con mayor número de llagares y que más sidra produce”, remarca.
El turista que disfruta en España de experiencias enoturísticas se marcha más satisfecho.
La responsable de la promoción internacional de este ámbito es Turespaña, que ya la incluye “en todos sus productos, pero especialmente para los de turismo urbano, turismo de parada en vacaciones largas multi-país, turismo familiar de inmersión completa, turismo patrimonial y turismo de naturaleza”, señalan desde el Instituto. Remarcan que, dentro del Plan Nacional de Enogastronomía 2022-2023 se incluye un presupuesto de 2,2 millones de euros para promoción internacional. Todo ello, sumado a las acciones puntuales que realiza la institución.
Apoyo al sector privado
A pesar del interés de las entidades públicas por incentivar el turismo enogastronómico, la mayoría de la oferta se encuentra en manos privadas, por lo que colaborar con ellos se convierte en imprescindible para el desarrollo de las estrategias.
En Andalucía el apoyo se ampara en el Plan META 2027 para dotarle de “un plus de competitividad”. Para alcanzarlo, se crean “mesas de dinamización” entre administración y empresas, donde se “traslada la estrategia elaborada por Turismo Andaluz y se reciben sugerencias”, apunta Ortiz de Saracho. Además, también se busca un “posicionamiento a través de acciones dirigidas tanto al consumidor final como al profesional”, remarca Saracho.
“La gastronomía es un pilar fundamental en esta etapa turística que está experimentando la capital” – Héctor Coronel
Desde Castellón, su programa ‘Castelló Ruta de Sabor’ apoya ya a 420 empresas y entidades certificadas, de las que 261 pertenecen al sector turístico. Gracias al programa, las empresas “mejoran la imagen y el posicionamiento de sus productos o servicios, vinculándolos a una marca que pone en valor el origen y la cultura gastronómica castellonense”, señala Virginia Martí Sidro. Adicionalmente, se benefician de “acciones promocionales y mejora de la competitividad a través de talleres de trabajo y estándares de producto”, remarca. “No supone ningún coste para las empresas”, señala Martí.
En el caso de Galicia, “las medidas más importantes están incluidas en las Acciones de Cohesión en Destino dentro de los Planes Territoriales de Sostenibilidad en Destino, donde se contempla en el Plan Enogastronómico para el año 2022”, y se encuentra el plan de Adecuación y embellecimiento, dotado con casi 6,5 millones de euros, en el que se incluyen bodegas, conserveras y otros tipos de establecimientos enogastronómicos “que puedan ofrecer al turista una experiencia”, señala Castro.
Igualmente, el plan de Movilidad y acercamiento del AVE a las Rutas del Vino, con 5,8 millones de euros, busca “crear una red de vehículos eléctricos para que los turistas tengan una movilidad práctica”. Se le une el programa Hub Galicia Gastro Experience, con 3,55 millones, para “poner en valor y llevar a la excelencia la gastronomía gallega”.
En el caso de Gijón, la formación es la gran apuesta “para empresas turísticas, entre las que están incluidas el sector alimentario y la restauración. Actualmente, estamos desarrollando un motor de reservas en el que se incluyen experiencias gastronómicas”, explica Martínez.
Por su parte, en Madrid “apoyamos y colaboramos estrechamente con los organizadores de algunos de los grandes eventos vinculados a la gastronomía que tienen como escenario la ciudad de Madrid”, como Madrid Fusión o el Salón Gourmets. Además, hay iniciativas como el “Hotel Tapa Tour, que pone en valor una de las elaboraciones más características, las tapas, o Madrid Hotel Week, una cita con la gastronomía y la coctelería como principales protagonistas, por ejemplo”, apunta el director de Turismo del Ayuntamiento de Madrid.
“El respaldo se extiende a través de nuestros diferentes canales, en los foros en los que estamos y desde nuestros puntos de atención e información turística de Madrid, donde tratamos de dar visibilidad al conjunto de representantes de este segmento, tanto los más tradicionales como las nuevas incorporaciones que va sumando la ciudad”, concluye Héctor Coronel.
Un producto turístico definido
El producto enogastronómico ha abrazado al turístico y, en ocasiones, es difícil de distinguir dónde empieza uno y termina el otro. Uno de los mejores ejemplos lo encontramos en Bodegas Marqués de Riscal, que ha sabido combinar la creación de sus vinos con la experiencia turística de calidad y de alto valor añadido. “Las experiencias están centradas en las instalaciones de Elciego (Álava)”, señalan desde la bodega.
La Ciudad del Vino Marqués de Riscal, en Elciego (Álava), es el epicentro de la oferta enoturística de la compañía.
La Ciudad del Vino Marqués de Riscal se convierte en un centro en el que poder conocer los secretos de esta bebida milenaria, pero también donde disfrutar de una experiencia turística completa. La misma empieza en el Hotel Marqués de Riscal, construido bajo el diseño de Frank Gehry, donde se conjuga una estructura metálica que, a medida que el sol avanza a lo largo del día, nos responde con los distintos tonos que la vid ofrece a lo largo del año.
A todo ello se suma la oferta de Gastronómico, restaurante con una Estrella Michelín, junto a los establecimientos Tradición, Vinoteca & Bistró, Asador Torrea y Cafetería Talleres. Además, es posible hacer una visita por las instalaciones más representativas de la bodega con cata y en diferentes idiomas. Se añaden las catas personalizadas, maridajes, showcookings, disfrutar de todos los vinos de la marca o de tratamientos de spa con vinoterapia. Desde Marqués de Riscal confirman que colaboran con agencias de viajes y turoperadores para ofrecer sus experiencias y aseguran que “la recuperación es buena, pero todavía pensamos que hay posibilidad de crecimiento del mercado internacional”.