Gracias a la Inteligencia Artificial (IA) las aerolíneas podrían gestionar mejor las cancelaciones, evitando el overbooking, mejorando su imagen de marca y servicio, y aumentando su margen de beneficio, según explican desde Datarmony, consultora de datos especializada en reducción de costes.
Felipe Maggi, Chief Data Officer (CDO) de Datarmony, ha comentado que “la Inteligencia Artificial permite conocer con anticipación las reservas que tienen más probabilidad de cancelarse, evitando así el overbooking indiscriminado, puesto que las probabilidades de quedarse sin plaza disminuyen”.
Hasta el momento, para evitar los problemas causados por las anulaciones de reservas, las aerolíneas compensan las pérdidas con una penalización al cliente del 20% en vuelos nacionales y un 25% en vuelos internacionales, y estrategias de overbooking, a pesar de su impacto en la reputación de la marca, según trasladan desde la consultora.
Sin embargo, estas técnicas no son suficientes para contrarrestar la pérdida de ingresos por no revender la plaza, los costes o comisiones por publicidad pagadas a agentes turísticos o la reducción del margen de beneficio por reducir los precios a última hora.
“La aplicación de la Inteligencia Artificial ayudaría a las empresas a ahorrar en costes, ya que evitaría parte de las reclamaciones que se generan por overbooking, y beneficiaría a la imagen de la marca”, añade Maggi.
En este sentido, recuerda que “hay un gran porcentaje de reclamaciones que se desestiman y otro mayor que no llegan ni a formularse, pero que, aunque no tienen consecuencias económicas directas, tienen una repercusión negativa en la imagen de la empresa y la fidelización de usuarios”.
Anticipar y prever
Según Maggi, estas prácticas serían cosa del pasado tras apostar por la Inteligencia Artificial, que “se posiciona como solución por su capacidad de predecir las cancelaciones de reserva y conocer los factores que determinarán si una reserva se cancelará o no”.
Entre estos factores, destaca la fecha de la reserva y del vuelo, la antelación con la que se hizo la compra, el número de pasajeros, el origen y destino del viaje, así como peticiones especiales, precio o la clase en la que se vuela.
Toda esta información, clasificada en datos y analizada con diversos modelos de predicción, son con los que trabaja la IA para conocer si el billete adquirido será finalmente usado por el pasajero.
Estos datos presentan nuevas oportunidades para las aerolíneas, que contarían con un mayor margen de tiempo para revender el asiento, crear estrategias para que el cliente mantenga la reserva y planificar mejor la oferta de su flota.
“La cancelación de reservas es un problema que afecta al sector de viajes y turismo. Hoteles y aerolíneas lidian con él como parte de su día a día, y desde que se ha generalizado el uso de plataformas online, el cambio de comportamiento de los usuarios lo ha potenciado”, concluye Maggi.